Ángel Villagrán y Elba Virgina Ledesma desplegaron un cartel con dos fotografías ampliadas de Diego Correa en la cafetería de un hotel frente al Parque 9 de Julio. En una está sonriente, corpulento, sano. En la otra está raquítico, internado, desfalleciente. Con esas imágenes del joven de 29 años del barrio Antena (Alderetes) que falleció hace tres semanas por una sobredosis de “paco” y pastillas, referentes de La Hermandad de los Barrios (un colectivo de siete villas) y Madres del Pañuelo Negro plantearon sus reclamos ante Roberto Moro, titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) de la Nación.

Las madres de adictos asistieron a la inauguración del Congreso del Bicentenario en Problemáticas Actuales en Salud Mental para dialogar con el funcionario nacional. Moro encabezó la mesa de apertura de las jornadas junto al secretario de Adicciones, Matías Tolosa; el secretario general de la Gobernación, Pablo Yedlin; la rectora de la UNT, Alicia Bardón; el director de Salud Mental nacional, Andrew Blake; el titular de Extensión universitaria, Marcelo Mirkin; y el director del Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones (PUNA), Ramiro Hernández.

“Los transas se apoderaron de nuestros hijos, sentimos que no somos nadie para el Gobierno. Queremos que nos ayuden y que vuelquen los recursos de inmediato”, reclamó Dora Ibáñez, una de las Madres de La Costanera, finalizada la inauguración. “Este es el hijo que parí y así murió”, señaló a las fotos de su hijo Lía Casemira Ene. Moro escuchó paciente. “Queremos que haya más equipos territoriales, grupos de psicólogos que trabajen en los barrios como el que funciona en Costanera”, pidió Cristian Correa, hermano de Diego.

El funcionario recibió una copia del petitorio que habían entregado al Poder Ejecutivo luego de la marcha de la semana pasada, convocada con el lema “Ni una muerte más por las drogas”. Se comprometió a estudiarlo y a dialogar con funcionarios de la Provincia y de la Justicia Federal. Moro anticipó que volverá a la provincia en 20 días para recorrer los barrios con las Madres y aseguró que el Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) de La Costanera comenzará a construirse en un mes.

El Cepla había comenzado a edificarse en julio de 2015, a cargo de la empresa ByM SRL, pero las obras se paralizaron en enero. Su culminación es uno de los puntos del petitorio. Hace un mes, vecinos de la Costanera, adictos en recuperación y madres de adictos tomaron el edificio a medio construir para exigir que se complete.

A fines de 2013, la presidenta Cristina Fernández había anunciado la edificación de dos Cepla y una Casa Educativa Terapéutica (CET) en nuestra provincia: uno en La Costanera, otro en el El Sifón (bajo la órbita de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán) y el restante en Tafí Viejo. Los centros estaban incluidos dentro de los 210 anunciados para todo el país dentro del programa “Recuperar Inclusión”. Se proyectaron 91 y se inauguraron 10 hasta el año pasado.

“Acá no hay nada partidario, sólo queremos que dejen de morir chicos. Buscamos trabajar junto al Gobierno, porque conocemos la realidad. Queremos que la sociedad tome el valor real de lo que significa la muerte de un chico en una villa. La realidad no puede taparse más: las drogas afectan a toda la sociedad”, explicó Irma Monroy, de El Sifón.

“El ‘paco’ es una droga que destruye a nuestros jóvenes muy rápido, por lo que la respuesta debe ser rápida. Para el Estado un mes podrá parecer nada de tiempo, pero para una madre de un chico adicto es mucho. La droga hace mucho daño y debemos trabajar articuladamente entre Nación, Provincia y municipios. Buscaremos mecanismos con los funcionarios locales, con quienes tengo buena relación, para dar respuestas veloces al petitorio presentado. Hasta fin de año terminaremos 20 centros. Buscamos generar accesibilidad para que las personas que sufran no deban viajar miles de kilómetros para tratarse”, finalizó Moro.