Jane E. Brody / The New York Times

Como mujer de cierta edad que consume una dieta bien equilibrada de todos los grupos alimentarios de costumbre, incluyendo cantidades razonables de proteína animal, tiendo a descartar consejos para tomar un suplemento multivitamínico. Me han dicho repetidamente expertos en nutrición que el uso excesivo de suplementos dietarios para un “seguro nutricional” les ha dado a los estadounidenses la orina más cara del mundo.

Efectivamente, tomo un suplemento diario de vitamina D, con base en considerable evidencia de sus múltiples beneficios para la salud, particularmente para personas de edad mayor. Sin embargo, con base en el consejo de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos y un estudio de investigación que se va acumulando, soy impulsada a considerar también el consumo de un suplemento de vitamina B12, con la esperanza de proteger mi cerebro entrado en años.

Alimentos de proteína animal - carne, pescado, leche, queso y huevo son las únicas fuentes confiables de origen natural de B12 en la dieta, y yo sí los recibo en amplias cantidades en mi dieta habitual. Pero, ahora a los 75 años, me pregunto si aún soy capaz de cosechar el beneficio pleno de lo que ingiero.

Miren, la capacidad de absorber B12 naturalmente presente en alimentos depende de la presencia del ácido adecuado del estómago, la enzima pepsina y una proteína gástrica llamada factor intrínseco para liberar la vitamina de la proteína alimentaria a la que está pegada. Solo entonces puede ser absorbida la vitamina por el intestino delgado. A medida que la gente va envejeciendo, células que producen ácido podrían dejar de funcionar gradualmente, es la enfermedad conocida como gastritis atrófica.

Hace un siglo, investigadores descubrieron que algunas personas - más probablemente incluyendo a Mary Todd Lincoln - tenían una condición conocida como anemia perniciosa, deficiencia de glóbulos rojos o eritrocitos, identificada al final de cuentas como una enfermedad autoinmune, que causa una pérdida de células estomacales necesarias para la absorción de la B12. Se sabía que Lincoln se comportaba erráticamente y fue, a final de cuentas, internada en un hospital psiquiátrico.

“Depresión, demencia y daño mental a menudo se asocian con una deficiencia de B12 y su compañero folato vitamina B, “particularmente en los ancianos”, escribió el docrtor Rajaprabhakaran Rajarethinam, psiquiatra en la Facultad de medicina de la Universidad Estatal de Wayne.

Describió a una mujer de 66 años de edad que fue hospitalizada con depresión severa, psicosis y pérdida de energía e interés en la vida, que tenía niveles sumamente bajos de B12 y cuyos síntomas fueron revertidos casi enteramente con inyecciones de la vitamina.

Investigadores europeos también han mostrado que darles vitamina B12 a personas con deficiencia de ese insumo ayudó a proteger muchas de las áreas del cerebro dañadas por el mal de Alzheimer. En un estudio de dos años en la Universidad de Oxford, entre 270 personas mayores de 70 años con leve daño cognitivo y bajos niveles de B12, la doctora Helga Refsum, profesora de nutrición en la Universidad de Oslo, encontró una reducción de atrofia cerebral en quienes fueron tratados con altas dosis de la vitamina.

“Una deficiencia de vitamina B12 como una causa de problemas cognitivos es más común de lo que creemos, particularmente entre la gente de edad avanzada que vive sola y no come de manera apropiada”, destacó Rajarethinam.

La academia estima que entre 10 y 30 % de la gente mayor de 50 años produce muy poco ácido estomacal para liberar a la B12 de su proteína portadora en alimento, y conforme los años van pasando, aumenta el porcentaje de productores de ácido bajo.

Sin embargo, mucha gente no está al tanto de que produce cantidades insuficientes de ácido estomacal. Lo que es más, evidencia de un estudio entre adultos jóvenes- el Estudio Framingham Offspring- sugiere que la absorción insuficiente de B12 derivada de alimentos incluso podría ser común entre adultos de 26 a 49 años, así que el siguiente consejo podría aplicarse a ellos igualmente.

La academia recomienda que adultos mayores de 50 años obtengan la mayoría de su requerimiento diario de B12 - 2.4 microgramos para gente de 14 años en adelante, ligeramente más para mujeres que están embarazadas o lactando - de una forma sintética de la vitamina que se encuentra en alimentos fortificados con B12 o en un suplemento multivitamínico.

La B12 sintética no está pegada a proteína y por lo tanto pasa de largo la necesidad del ácido estomacal. Dado que yo como muy pocos alimentos fortificados, un suplemento con B12 probablemente sea mi mejor opción. No solo la gente enfrenta riesgo de una deficiencia de B12. Se incluyen vegetarianos y veganos que consumen poco o ningún alimento animal; personas con desórdenes estomacales e intestino delgado como la enfermedad celíaca y el mal de Crohn; consumidores crónicos de inhibidores de la bomba de protones para controlar el reflujo ácido, y personas cuyo sistema digestivo fue reducido quirúrgicamente para perder peso o recibieron tratamiento para cáncer o colitis ulcerativa.

Atención, geriátricos

Entre los que más probabilidades tienen de presentar deficiencia de B12 están los pacientes de edad avanzada en hogares de acogida cuyas dietas son limitadas, y esta deficiencia podría representar parcialmente los síntomas de la disfunción cognitiva, tan común entre residentes de hogares de ancianos.

Si bien una deficiencia de B12 puede desarrollarse a lo largo de años, síntomas que van invadiendo pueden ser inquietantes y, con el tiempo, devastadores. También puede ser todo un desafío vincular ese tipo de síntoma a una deficiencia de nutrientes.

En una publicación en línea del mes de julio, David G. Schardt, el máximo nutriólogo del Centro por la ciencia en el interés popular”, notó que los síntomas de la deficiencia de B12 incluyen fatiga, hormigueo y sensación de entumecimiento tanto en manos como en piernas, debilidad muscular y pérdida de reflejos, lo cual podría progresar hasta confusión, depresión pérdida de la memoria y demencia, a medida que la deficiencia se va volviendo más severa.

Los primeros síntomas pueden revertirse con tratamiento mediante altas dosis de B12, normalmente aplicadas en inyección. Sin embargo, es más probable que síntomas relacionados con daño nervioso y demencia sean permanentes. De aquí que reviste importancia en particular para la gente en riesgo de deficiencia de B12 someter su sangre a pruebas para buscarla periódicamente. Por ejemplo, expertos en Kaiser Permanente en Oakland, California, sugieren que consumidores crónicos de inhibidores de la bomba de protones deberían someter su nivel de B12 a una prueba cada dos años.

Los “veggies”

Vegetarianos y veganos no deben desesperar. Además de suplementos de B12, diversos alimentos con base en plantas y de preparación comercial, como algunos cereales para el desayuno, leches no lácteas y productos de soja, así como un tipo de levadura nutricional, son fortificados con B12 sintética. La Sociedad Vegana recomienda comer de dos a tres porciones al día de alimentos fortificados para obtener cuanto menos tres microgramos de B12.

Sin embargo, el doctor Ralph Carmel, hematólogo retirado que ahora está afiliado con la Universidad de Nueva York y que estudió los efectos de la B12 durante décadas, advierte que no se debería tomar megadosis de la vitamina.

El experto dijo en una entrevista que con demasiada frecuencia, “personas que realmente necesitan B12 no la consumen, y quienes no la necesitan, como atletas, a menudo toman dosis descomunales: 2,000 o 5,000 microgramos al día”. “No sabemos lo que esas dosis pueden hacer a largo plazo. Si una persona mayor tiene niveles de B12 un poco bajos, yo no me opongo a que tome 500 a 1,000 microgramos al día, pero 5,000 mg es ridículo”, sentenció.