Por el frío que hacía ayer a la madrugada en toda la provincia, Rodrigo Lazarte verificó que todas las puertas de la municipalidad de Simoca estuvieran cerradas y luego tomó asiento en una oficina, al lado de una estufa. En algún momento, después de las tres, al joven sereno de 24 años le tiraron una colcha encima. Lazarte intentó liberarse pero pronto sintió que tres pares de manos lo sostenían con fuerza y lo ataban a la silla. Nunca pudo saber quiénes eran. El único dato que pudo dar es que eran hombres, por las voces.

Según fuentes policiales, los asaltantes primero saltaron una tapia y luego forzaron puertas con un tornillo hasta que llegaron al sereno y con rapidez lo dejaron inmovilizado. Luego fueron directamente hasta la Tesorería, donde estaba lo que buscaban: una antigua caja fuerte, ubicada arriba de una mesita.

Uno de los hombres sacó un soplete y abrió un enorme orificio en forma de triángulo en la parte superior de la caja fuerte, pero no encontraron nada. Sin desesperarse, rompieron la parte inferior, pero allí tampoco hallaron dinero. Algunos minutos después de su ingreso, desandaron su camino, saltaron la tapia hacia afuera y desaparecieron por las calles vacías.

Cuando los primeros empleados llegaron al municipio, encontraron a Lazarte atado de pies y manos. Inmediatamente llamaron a la Policía y las autoridades. Minutos después, el personal de Contabilidad confirmó que los delincuentes no habían podido llevarse nada, ya que no había dinero en la caja.

“El caso quedó en manos de la fiscalía II° de Concepción y se está haciendo una investigación en conjunto entre las Brigadas de las regionales Sur y Oeste para encontrar a estas personas. Nunca había pasado algo así en Simoca. Por el momento sólo puedo decir que no se robaron nada y que no golpearon al sereno”, confirmó el comisario Héctor Albarracín, subjefe de la Regional sur.

Las primeras medidas de investigación fueron llevadas adelante por Criminalística, que ayer a la mañana llegó a la municipalidad con el objetivo de encontrar rastros o indicios que puedan llevarlos a encontrar a los autores del golpe comando fallido.

LA GACETA intentó obtener la palabra del intendente de Simoca, Marcelo Herrera, pero el funcionario mantuvo su teléfono personal apagado durante toda la tarde de ayer.