PARANA.- La Justicia entrerriana allanó hoy un convento de la ciudad de Nogoyá por una denuncia por torturas y privación ilegítima de la libertad contra las religiosas del claustro, y el fiscal de la investigación dijo que se encontraron elementos de castigo y autoflagelación. En tanto, el arzobispado de Paraná, Juan Alberto Puiggari, en cuya jurisdicción eclesiástica se encuentra el monasterio de las Carmelitas Descalzas, cuestionó el accionar judicial y consideró que "hay instancias de diálogo que son más pacíficas que un allanamiento".
El fiscal Federico Uriburu, a cargo de la causa, dijo que la superiora de la casa religiosa se resistió al ingreso de los funcionarios judiciales, por lo que hubo que forzar la puerta de acceso, y confirmó que en el operativo se hallaron "elementos de tortura y autoflagelación como látigos y cilicios".
"No hubo necesidad de revisar cada cuarto, porque se aportaron en forma voluntaria una cantidad de cilicios y látigos, pequeñas fustas de unos 40 centímetros", detalló en declaraciones a la prensa local.
El fiscal Uriburu dijo que en el interior del convento se halló una gran biblioteca con "numerosos libros de teología y religión, pero no hay manuales o libros sobre la instrumentación de prácticas de tortura".
El intendente local, Rafael Cavagna, sostuvo que "se realizaron los allanamientos y las hermanas quedaron a disposición de los médicos de la justicia para la revisación".
Las monjas se encuentran "en buen estado general" y permanecen en el convento, destacó el jefe comunal, y consideró que se trata de un "golpe muy fuerte" para esa localidad.
"Será la justicia la que determinará si son conductas típicas del Código Penal o están dentro de las reglas del convento", manifestó Cavagna en declaraciones al canal Todo Noticias.
El allanamiento al convento de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmelo, de Nogoyá, 300 kilómetros al este de capital entrerriana, se realizó tras una denuncia periodística sobre privación ilegítima de la libertad agravada, castigos intramuros, desnutrición, autoflagelación, y el uso del látigo, cilicio y mordazas, entre otros elementos de tortura.
El fiscal Uriburu detalló que durante el procedimiento, que comenzó a las 5.30 y se prolongó por varias horas, se inspeccionaron las instalaciones y las habitaciones de las religiosas, e indicó que médicos de la policía revisaron a cada una de las monjas del convento.
El operativo judicial se efectuó a raíz de una investigación periodística de la revista Análisis, de Paraná, que reveló que en el monasterio era frecuente el uso de elementos de autoflagelación y que las religiosas eran sometidas a "castigos permanentes".
"Hubo casos de desnutrición y existe una estricta prohibición 'de no hablar' de lo que sucede. Varias de las ex monjas están con tratamientos psicológicos en Entre Ríos o Santa Fe, por las secuelas que tuvieron", advirtió la revista.
La publicación aseguró que la investigación se extendió por "casi dos años" e incluyó testimonios de "ex religiosas, familiares y profesionales de la salud" de Nogoyá.
La revista aseguró que las religiosas son alejadas de sus familiares, no pueden mirarse al espejo porque es símbolo de "vanidad" y que se constataron casos en que las internas solamente se podían bañar una vez cada siete días.
"Las carmelitas descalzas del convento de Nogoyá vienen sufriendo torturas psicológicas y físicas, todo a la vista de las autoridades de la Iglesia que una vez más, han decidido no intervenir", sostuvo la publicación en su denuncia periodística. (DyN)