Brasil y Alemania no pudieron romper la igualdad en el tiempo suplementario tras empatar en uno al cabo de los 90' y en la tanda de los penales, Neymar desniveló 5-4 convirtiéndose en el héroe de la victoria de la Canarinha, que conquistó por primera vez la medalla de oro en fútbol de los Juegos Olímpicos.
Y para el anfitrión era también, en cierta medida, la posibilidad cierta de vengar el humillante 1-7 que sufrió en el Mundial 2014. En el tiempo reglamentario, el cotejo terminó igualado 1-1 y el resultado no se modificó en los 30' del alargue.
A los 26' del tiempo reglamentario, un formidable tiro libre de su megaestrella, le daba la ventaja parcial al local en un partido que lo tenía como dominador, pero a los 14' del complemento Maximilian Meyer estampó el empate para los alemanes.
El tanto en contra despertó a los germanos, que empezaron a adueñarse de la pelota y crearon varias situaciones frente al arco brasileño buscando el empate. Un remate de Sven Bender golpeó el travesaño a los 34' y antes el arquero Weverton salvó su valla en tres oportunidades. Cuando atacó, Alemania fue profunda y tuvo llegadas nítidas en un primer tiemo plagado de emociones.
Alemania insisitió en su búsqueda de ataque y Meyer rubricó una buena jugada colectiva de su equipo para dejar el marcador 1-1 en un cotejo vibrante y repleto de emociones. En el tiempo añadido, el suspenso se mantuvo y al no alterarse el resultado, se recurrió a la definición con tiros desde el punto penal.
Ginter, Gnabry, Brandt y Suele convirtieron para los gemanos y el quinto disparo, ejecutado por Petersen, fue atajado por el arquero Weverton. En Brasil, no falló ninguno de los ejecutores: Renato Augusto, Marquinhos, Rafinha, Luan y Neymar.
Brasil, tres veces medalla de plata en los Juegos, Los Angeles 1984, Seúl 1988 y Londres 2012, se preparó como nadie para ganar el título que le faltaba a su extraordinario historial y prueba de ellos es que el astro Neymar no jugó la Copa América del Centenario para estar en los Juegos. De hecho, el crack de Barcelona jugó la final perdida en Londres ante México, por 2 a 1.
Pero Brasil contó además con un arquero experimentado como Weverton (uno de los tres mayores de 23 años junto con Neymar y Renato Augusto), un volante con experiencia europea como Rafinha y un delantero como Gabriel Jesús, recientemente transferido al Manchester City en una cifra millonaria.
El equipo de Horst Hrubesch (jugó contra Argentina el Mundialito 1981 e hizo un gol en el 2-1 albiceleste), en tanto, se preparó en forma más modesta y no tiene nombres rutilantes en su plantel.