BRASIL.- La neozelandesa es Nikki Hamblin y la estadounidense, Abbey D'Agostino. Ambas atletas, sobre la pista en las series olímpicas de 5.000 metros, captaron la atención de todo el mundo. ¿Qué pasó? Hamblin pisó mal y se cayó al suelo, de forma que D'Agostino, que corría a su espalda, se tropezó con ella y quedó en el piso.

Luego de unos segundos de dolor, mientras el resto de las competidoras seguía corriendo, la solidaridad surgió en su máxima expresión. D'Agostino ayudó a su rival a levantarse y se abrazaron para una especie de consuelo mutuo en medio de la "desgracia".

Al final, las atletas completaron la carrera pero llegaron últimas y doloridas. De hecho, la norteamericana fue retirada en silla de ruedas. La emotiva escena recorrió el mundo y tocó los corazones de los jueces que decidieron recalificaras. Aunque terminaron lesionadas, volverán a correr el viernes en la final.