Luego de varias semanas de seguirle el rastro, la división Homicidios de la Policía llegó ayer a las cinco de la mañana hasta una casa de la avenida Alfredo Guzmán al 500, en la localidad de El Corte, en Alderetes. Estaban seguros de que allí estaba “Mechudo” - de 40 años-, el hombre al que buscaban. La orden era entrar a la vivienda sólo si estaban seguros de que él estaba en ella.
Cuando lo confirmaron, entraron con fuerza y de sorpresa para evitar que se les escapara. “Mechudo”, y dos jóvenes más que estaban con él, reaccionaron rápido y saltaron la tapia. Del otro lado, se encontraron con más efectivos. Los policías los estaban esperando en todas las casas vecinas. Sin mucho esfuerzo, la fuerza atrapó al acusado de haber asesinado a Sergio Luis Ortíz de 20 años en el barrio San Roque. También quedó detenido su hijo de 18 años por el mismo caso.
El homicidio ocurrió el 21 de junio. Ortíz -quien estaba cumpliendo una condena en Villa Urquiza pero había recibido un permiso extramuros- recibió un balazo en la esquina de Juan Posse y Ramón y Cajal, atrás del Cementerio del Norte. Inmediatamente, sus amigos y familiares fueron a quemar la casa de “Mechudo”, a quien acusaban del asesinato. También prendieron fuego tres motocicletas. Fue tal la tensión que se vivió ese día en la zona que, pese a que estaba lleno de policías, hasta las ayudantes del fiscal Diego López Ávila tuvieron que ponerse el chaleco antibalas.
El homicidio
Según pudieron saber los investigadores, Ortíz había sido condenado a ocho años de prisión por el asesinato de Alicia Ramona Reynaga. Sin embargo, la Sala III le concedió salidas transitorias de 8 a 20 para “estrechar vínculos familiares”. El día en que murió, habría tenido una fuerte pelea con su asesino. Prueba de esto resultaron los hematomas que le encontraron en la mano y en el labio. El fiscal cree que se trató de un ajuste de cuentas. Cerca de las 18, recibió un tiro en la cabeza.
Amenazas en las sombras
Pese al intento de justicia por mano propia, “Mechudo” no estaba en la casa incendiada y no se lo volvió a ver en el barrio desde ese día. El también acusado de narcomenudeo se fue con su hijo a El Corte y desde allí, se encargó de prometerle a los familiares de Ortíz que se tomaría venganza por el incendio de su vivienda y sus motos. Fuentes policiales contaron que incluso les mandaba fotos de su arma, una 11.25, para amedrentarlos. Por estos mensajes de texto, ahora además de tener una causa por homicidio tiene otra por amenazas de muerte.
El allanamiento
Además de capturar a “Mechudo” y a su hijo, la Policía encontró en la casa de El Corte una balanza de precisión -que suelen utilizar los “transas”- marihuana y cocaína.
Por este motivo, se dio intervención a la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop). Por el hallazgo de estas sustancias se aprehendió a otro joven que estaba allí, de unos 20 años. Al parecer, éste último no tiene ninguna relación con el crimen, pero se lo demoró para saber si tiene vinculaciones con el negocio de la venta de estupefacientes. En la casa también encontraron una pistola 11.25 -a la que su dueño le sacaba fotos para amenazar a los Ortíz- una gran cantidad de municiones de ese calibre y una caja llena de cartuchos calibre 16. Todo esto fue secuestrado. No se descarta que el arma de fuego encontrada haya sido la que disparó el balazo que terminó con la vida del joven asesinado en uno de los rincones de Villa 9 de Julio.
La medida fue solicitada a Homicidios por el fiscal López Ávila tras el permiso otorgado por el juez de instrucción Alejandro Tomas. El jefe de Homicidios, Hugo Cabezas, destinó al lugar al segundo jefe de la división -Sergio Juárez-, al tercero -Daniel Cuéllar- y al encargado de Inteligencia -Daniel Monteros-, quienes encabezaron el operativo.
El joven que mató a su sobrino quedó en calidad de detenido
La división Homicidios también tuvo que actuar en Las Mesadas. Allí, el domingo a la madrugada, Julio César Galván de 18 años murió tras ser apuñalado. Cuando llegó la Policía, los testigos de la escena señalaron a Luis Daniel “El Burra” Galván -tío del joven fallecido- como el homicida. Inmediatamente los efectivos se lo llevaron aprehendido hasta la Brigada de Investigaciones, donde pasó la noche. Ayer, se le notificó que se encuentra formalmente en calidad de detenido por el homicidio, según lo requirió el fiscal de turno Washington Navarro Dávila. Ahora estará 10 días hábiles en la cárcel mientras lo investiga la Justicia. De todos, se cree que la causa está prácticamente esclarecida: el presunto homicida lo habría atacado por un problema que existe en la familia por unas tierras. Además, en el seno de la familia contaron que es “agresivo” porque “consume drogas”.