RÍO DE JANEIRO.- Las esperanzas de Ailén Valente, de 20 años, de acceder a la final y llegar al podio en su debut olímpico, fueron nulas desde un principio. ¿Por qué? Porque en la gimnasia artística había grandes figuras como las estadounidenses Gabrielle Douglas y Simone Biles y la rumana Catalina Ponor.
“Me sentí bastante bien. Es una experiencia que no me voy a olvidar nunca”, afirmó en la Arena Olímpica al terminar sus cuatro rotaciones en caballo de salto, barra de equilibrio, barras asimétricas y suelo.
Valente concretó una elogiable presentación, pese a no ingresar en semifinales: se colocó en la 20ma. ubicación en la general.
Valente, de apenas 20 años, participó en la segunda subdivisión de la competencia y reunió un acumulado de 50,065 puntos y se ubicó entre las 20 primeras. “Estoy supercontenta. Tuve dos fallas, pero a veces los nervios te consumen las piernas. Gané experiencia y eso es lo importante. Me voy feliz”, señaló la gimnasta porteña.
“Es muy alta la vara de las 24”, admitió. Falló en la barra de equilibrio, donde obtuvo su nota más baja, y también en el ejercicio de suelo a ritmo de tango, donde cayó casi de rodillas al terminar.
Valente estuvo entrenando antes de Río tres semanas en Suiza con una de sus ídolas, Giulia Steingruber, que estuvo en su misma rotación, al igual que Ponor.
“Haber entrenado con Giulia es un sueño cumplido y que ella me trate como una más para mí es increíble. Realmente vine a disfrutarlo. Eso es lo que rescato. Demostré lo mejor de mí”, señaló.
Sus padres son profesores de educación física, gente acostumbrada a la actividad continua. Ailen era demasiado inquieta y a los tres años la mandaron a gimnasia para gastar energías. Así comenzó el camino hasta Río 2016. (DPA-Télam-Especial)