Después de haber prestado declaración, la Justicia ordenó que sea alojado en el Instituto Roca, lugar donde permanecerá privado de su libertad hasta que se confirme o se descarte que el adolescente abusó de varios niños en el parque Avellaneda.

Todo comenzó el miércoles por la noche. Un hombre se presentó a la Policía para denunciar que un adolescente había concretado el ataque en ese paseo público. El pariente de la víctima llevó hasta la prenda íntima del niño para que fuera analizada por los peritos de la Policía.

El hombre, según consta en el expediente judicial, dijo que el sospechoso comenzó a charlar con el niño hasta que se ganó su confianza. Luego, cuando nadie lo observaba, le tocó sus partes íntimas.

El adolescente fue acusado de abuso sexual y quedó a disposición del juez de Menores. El lunes se sentará ante la fiscala Adriana Reinoso Cuello para brindar una declaración de tinte informativo. Será el magistrado el que dispondrá qué hacer con el chico, que está sospechado de haber cometido más de un ataque de estas características.

¿Más casos?

La noticia, después de que se difundiera por LAGACETA.com, no sólo generó polémicas, sino que varias personas comenzaron a informar que sus hijos habían sufrido situaciones similares hace no mucho tiempo.

Testigos hasta describieron las características físicas del acusado. Aseguran que por su estatura y condición física pareciera tener entre 10 y 12 años, no 17 que es su verdadera edad, según la documentación que presentaron los familiares del sospechoso. Además, coincidieron en señalar un defecto físico en uno de sus ojos.

En todos los casos el acusado actuaba de la misma manera, es decir, primero entablaba conversaciones con los niños y luego los llevaba a un lugar lejano.

“Me di cuenta de que algo extraño estaba pasando y no le saqué el ojo de encima. Como no me gustaba, lo retiré del lugar donde estaban jugando”, aseguró un padre que se comunicó con LA GACETA.

El hombre, como otros parientes de supuestas víctimas, coincidieron en señalar que el adolescente establecía contactos con los niños en la zona de los juegos del lugar, especialmente, cuando estaba inflado el pelotero.

“No parecía un chico malo. Tampoco estaba mal vestido. Para muchos no representaba la edad que tiene y por eso quizás muchos padres no le prestaban demasiada atención”, indicó el hombre que dio a conocer su testimonio.

Por otra parte, se confirmó que, por pedido de la fiscala Reinoso Cuello, la División Seguridad Personal será la encargada de recibir las denuncias de personas que crean que sus hijos hayan sido víctimas del sospechoso. Deben dirigirse a Junín al 800.