“Es una cuestión prioritaria en la que se va a trabajar todo este semestre”, aseguró la rectora de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Alicia Bardón, en referencia a cómo se llevará a cabo la instrumentación del acceso libre e irrestricto a partir de 2017. De vuelta en su función (estuvo de vacaciones y en reuniones con investigadores del extranjero), la rectora de la UNT reconoció que el tema es urgente y le preocupa.
El miércoles, durante la primera sesión de esta segunda mitad del año académico, la Asamblea Universitaria aprobó el artículo 97 que pasará a integrar el texto del nuevo Estatuto Universitario. En consonancia con la modificada Ley de Educación Superior (Nº 24.521) se consagró el principio de ingreso “libre e irrestricto”. Cerrado ese debate, casi en paralelo se avivó otro que ya se venía planteado desde octubre del año pasado cuando se modificó la ley nacional: ¿cómo implementar esto? ¿cómo deberán hacer algunas carreras que han venido estableciendo cupos o exámenes eliminatorios? ¿está en condiciones edilicias, de plantel docente y no docente la UNT para abrir el ingreso masivo en primer año?
Bardón fue clara: “cualquier extra presupuestario se deberá plantear a la Nación porque se necesita infraestructura humana y edilicia”. En estos días, la mayoría de los consultados dentro de la universidad aseguraron que sin presupuesto será muy difícil implementar lo que manda la ley.
Las más complicadas
“Las facultades vinculadas con la salud son las que necesitan más adecuación para el ingreso. El alumno del secundario viene preparado de manera muy asimétrica”, reconoció la rectora. Además, mencionó que también el inconveniente está en los espacios de enseñanza: “En las carreras de la salud, solo por dar un ejemplo, se trabaja en laboratorios desde el primer año, por eso la adecuación es central”.
Para eso se están analizando varias alternativas. “La UBA, por ejemplo, tiene un CBC (ciclo común básico), que es un curso nivelatorio que tenés que aprobar. Hay diferentes modalidades”, ejemplificó. También se está pensando en cursos de nivelación para todos los aspirantes y, luego, contenidos específicos que coordine cada facultad.
“Yo le planteé a un senador en Buenos Aires luego de que se aprobó la ley, acerca de que para implementar la apertura total se necesitan fondos”, recordó Bardón; y dio como ejemplo el caso del primer año de Medicina, donde hasta hoy el cupo es de 240 estudiantes, pero que el año pasado se inscribieron 3.000 aspirantes.
Otra cuestión que no pasó inadvertida es si las facultades podrían o no cobrar los cursos de nivelación que dicten. La diferencia radica en si el aspirante es o no un universitario. O si esos cursos se dictan durante el último año del secundario o luego de que egresen. Todavía no hay nada definido, pero se cree que 2017 será un año de aprestamiento y que recién 2018 podrá contar con un mecanismo concreto de acceso.
Comisión permanente
Ayer, durante toda la mañana, estuvo reunido el gabinete de la facultad de Medicina, definiendo cuál será el plan de adecuación. Luego, en el Rectorado hubo un encuentro con los secretarios académicos de las 13 facultades, donde también se debatió sobre esto, se escucharon propuestas y se evaluaron los pasos a seguir para cumplir con el estatuto.
“Fue una reunión introductoria a la que tendrán el lunes todos los decanos con el vicerrector (José García)”, confirmó Marta Juárez de Tuzza, secretaria académica del Rectorado.
“Hay que ver qué es lo que necesitamos en Tucumán y cómo se articula”, destacó Tuzza. Y agregó: “Nosotros requerimos presupuesto, la ley nacional dice que el Estado debe garantizar la educación. Habrá que plantear un plan de desarrollo integral para pedir a la Nación, pero el cambio real no va a ser en 2017, será en 2018”, reflexionó.
Al terminar la reunión, quedó conformada una comisión permanente de ingreso que sesionará regularmente. El lunes, en tanto, debatirán los decanos.