La presión dio sus resultados. Luego de haber realizado varios allanamientos en Lules, donde secuestraron un auto y detuvieron a una persona, tres sospechosos decidieron presentarse ante la Policía, acusados de un crimen cometido el domingo a la madrugada.

Ese día, Luis Ancalay, de 17 años, recibió dos puñaladas en el pecho y un amigo también fue herido con un arma blanca después de haber mantenido una pelea en un lugar conocido como El Quincho, de la localidad de Mercedes.

Los investigadores establecieron que la víctima había tenido un incidente con un menor de 15 años en una fiesta que se desarrollaba en esa ciudad. El más chico de los adolescentes, al parecer, habría recibido una feroz golpiza por parte de Ancalay y sus amigos.

El chico llamó a sus parientes para contarles lo que había ocurrido. Su hermano, el padre y un primo fueron en un taxi de un amigo y en una moto al lugar donde se encontraban sus agresores.

Allí, siempre según el expediente, se generó una pelea que terminó con la muerte de Ancalay y la herida de su amigo. Los agresores huyeron del lugar porque sus contrincantes quisieron tomar justicia por mano propia.

El adolescente de 15 años fue aprehendido por el hecho. Él contó lo que había sucedido. Anoche, personal de la División Homicidios, al mando de los comisarios Hugo Cabezas y Sergio Juárez, detuvo a su hermano.

Horas después, se presentaron el padre, un primo -sería el autor material del crimen- y el conductor del taxi que los había trasladado hasta El Quincho.