Sus compañeros de trabajo se sorprendieron por su ausencia. Presintieron que algo malo le podía haber pasado, ya que nunca faltaba. Hicieron la denuncia y, a los pocos minutos, recibieron la peor de las noticias: su amigo había sido asesinado en su departamento de un edificio de San Lorenzo primera cuadra.

Algunos vecinos, conmovidos por la presencia de tantos policías que entraban y salían del edificio permanentemente, comentaron por lo bajo que el lunes a la tarde se escuchó una discusión que provenía del departamento de la víctima, alrededor de las 16.30. Incluso una persona aseguró haber visto al hombre ese mismo lunes, a las 14.30. Pero nadie imaginó semejante desenlace.

El hombre asesinado, Juan Antonio Moya, tenía 42 años y era oriundo de Santiago del Estero, aunque llevaba algunos años viviendo en Tucumán. Trabajaba en un bar que funciona en la esquina de Santiago del Estero y Monteagudo.

Persona tranquila

Moya sí se había presentado a trabajar en el bar el lunes a la mañana. Pero a la tarde, cuando debía cumplir con la segunda mitad de la jornada laboral, no regresó y tampoco avisó nada.

“Era una persona tranquila que no se metía con nadie. Trabajaba mucho y era respetado por todos sus compañeros de tarea. Por eso no sorprende que les haya llamado la atención su ausencia”, comentó Carlos Madrid, amigo de la víctima.

Rosa, vecina del barrio, comentó que el crimen generó alboroto en la zona. “Cuando trascendió todo esto mucha gente me llamó alarmada porque pensaba que había sido en medio de un asalto. Sin embargo, los policías nos comentaron que todo parecía indicar que había sido un crimen pasional, pero otra gente con la que hablé dijeron que no habían escuchado ruidos ni nada extraños en los últimos días”, dijo la mujer en una charla con LA GACETA.

Los uniformados se acercaron al edificio de San Lorenzo 20 ayer a la mañana y confirmaron que algo malo había sucedido: Moya estaba muerto dentro de su departamento, donde vivía solo. Los investigadores descartaron que se haya tratado de un homicidio en ocasión de robo debido a que no había desorden en el lugar ni ningún otro indicio de que pudieran haber ingresado ladrones.

En el piso del dormitorio

Según precisaron fuentes del caso, el cuerpo de Moya estaba desnudo y tendido en el piso de su dormitorio. Además, los investigadores encontraron dentro del departamento el cuchillo que habría utilizado el homicida para cometer el ataque. Los peritos recogieron esa evidencia, que quedó secuestrada para futuros análisis.

El fiscal de Feria, Arnoldo Suasnábar, le encargó a la división Homicidios de la Policía (dirigida por los comisarios Hugo Cabeza y Daniel Cuéllar) que llevara adelante la investigación del crimen.

Según pudo conocer este diario, las primeras sospechas se inclinaban hacia la posibilidad de que se haya producido una pelea de pareja dentro del departamento de la víctima. Si bien eran varias las puñaladas que había recibido, la herida mortal se habría producido a la altura del corazón.