En materia inflacionaria, ¿lo peor ya pasó? Una parte del problema está resuelto desde el punto de vista de las expectativas, dicen los expertos. Si las tarifas no siguen incrementándose y el precio del combustible tiende a estabilizarse, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) continuará evidenciando un proceso de desaceleración, indican las consultoras. Considerando el IPC Congreso, la inflación de este año promediaría el 42% anual, cerrando el ejercicio con una inflación mensual en torno al 1,5% que, en términos interanuales, se ubica alrededor del 42% y, en términos anualizados, representa un 20%. Esos datos coinciden con las proyecciones de Economía & Regiones (E&R), que sustenta sus estimaciones sobre tres aspectos fundamentales de la política antiinflacionaria que aplicó la gestión del presidente Mauricio Macri respecto del anterior gobierno:
• La política que aplicó Alejandro Vanoli en el BCRA, dejó la base monetaria creciendo al 47% interanual con un sobrante de pesos equivalente a $ 200.000 millones. “Si en 2016 se hubiera seguido, aún con cepo cambiario, la inflación habría sido casi del 47% anual”, indica la consultora. Otra diferencia en este aspecto, según su reporte, es que la inflación terminaría el año desacelerándose, sin un elevado ritmo de emisión de dinero.
• Se abrió el cepo y se ajustaron (parcialmente) tarifas. “Así y todo se obtuvo un moderado nivel de inflación, pese a la herencia monetaria, que podría haber significado una hiperinflación”, considera. Esto fue posible, según la consultora, porque el BCRA, conducido por Federico Sturzenegger, “limpió” el sobrante de pesos (stock) heredado de Vanoli ($ 200.000 millones) y bajado la emisión (flujo) de 47% (diciembre de 2015) a 21% (junio de 2016).
• Los actuales resultados son mejores que los alcanzados por el ex ministro de Economía Axel Kicillof luego de la devaluación de 2014, plantea E&R. “En este sentido, la actual política anti inflacionaria fue ejecutada dentro de un plan integral (más allá de los errores) que no sólo consistió en devaluar, sino que se abrió el cepo, se ajustaron (parcialmente) las tarifas y se resolvió el conflicto con los holdouts volviendo a los mercados internacionales de deuda”, enumera. Por el contrario, en 2014 no hubo plan económico y lo único que se hizo fue devaluar en forma aislada sin resolver ningún problema de fondo. En este sentido, en aquel momento tan sólo se ajustaron (apenas) algunas pocas tarifas y se siguió (fortaleció) con el cepo y en default, recuerda.
Más allá de esta mejora, la meta inflacionaria planteada para este año claramente está muy lejos de lo esperado por el mercado, advierte el Instituto de Estudio sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral). “Esto es así porque, dada la inflación transcurrida en la primera parte del año, para alcanzar la meta oficial (20% a 25%), se necesitaría reducir instantáneamente a partir de este mes la tasa de inflación actual (cercana al 2,4% mensual) a tasas deflacionarias (negativas) cercanas al 0.26% mensual en cada uno de los siguientes meses del segundo semestre”, indica el instituto que depende de la Fundación Mediterránea. Esta imposibilidad para cumplir la meta de 2016 ya fue implícitamente reconocida días atrás por el BCRA en su Informe Monetario, donde manifiesta que para el último trimestre de este año espera tasas de inflación cercanas al 1,5% mensual (en línea con las expectativas del mercado).
Las metas inflacionarias del BCRA para 2017 (promedio del 14,5%) también se encuentran por encima de la inflación esperada por el mercado (del 18,5%), según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de junio pasado.