El Soberano Congreso no celebró sesión el 23 de junio de 1816, por tratarse de un día domingo. Pero, entretanto estaban a punto de ocurrir serios sucesos en la Banda Oriental. Esa zona era, desde tiempo atrás, una presa apetecible para las intenciones expansionistas del reino del Brasil. Ambiciones de larga data: sabemos que fuerzas brasileñas ya habían invadido la Banda Oriental durante el primer sitio de Montevideo, pero se retiraron por el pacto de mayo de 1812.
Le interesaba poderosamente al Brasil extender sus fronteras hasta el Río de la Plata, y proyectaba expandirse sobre Entre Ríos y Corrientes. Un buen pretexto le ofrecían los incidentes que, en la frontera, protagonizaban las milicias de José Gervasio Artigas. Y suponían que Buenos Aires, en pugna con aquel, se abstendría de intervenir.
Artigas, desde diciembre de 1815, tenía noticias de que se preparaba la invasión. Al parecer, el plan inicial era ocupar totalmente los “Pueblos Libres”. Planeaban utilizar dos fuerzas. “Un ejército entraría por Misiones, se apoderaría de Corrientes y bajaría por el Paraná hasta Santa Fe; otro combatiría a Artigas en la provincia Oriental. Luego, ambos convergerían sobre Entre Ríos para acabar con las últimas resistencias”, dice un historiador.
Luego se abandonó esta estrategia, y se resolvió acotar la invasión a solamente la Banda Oriental.
Para realizarla, el rey brasileño Juan VI había convocado a veteranos portugueses de la guerra con Napoleón, mandados por el general Carlos Federico Lecor. Al empezar las sesiones del Congreso de Tucumán, en marzo de 1816, se calcula que ya había concentrados, en Santa Catalina, un bien armado contingente de unos 5.000 soldados portugueses.