Tres niñas de 12 años fueron asesinadas y violadas (o bajo sospecha de haber sido víctimas de abuso) durante los últimos días, en Argentina. Micaela en Bahía Blanca, Milagros en La Cocha, al sur de Tucumán, Guadalupe en Rosario. Estos femicidios demuestran, dice Hilda Disatnik, de la Casa de las Mujeres Norma Nassif, que el patriarcado sigue "vivito y coleando", a pesar de que los reclamos por una ley que se ocupe de la emergencia en violencia contra las mujeres.
En el caso de Milagros Torres, la niña de La Cocha que fue hallada en su cama, con cables apretándole el cuello y la boca tapada con medias, la madre también es una víctima de femicidio. "Hacia ella se dirige la agresión", dice Disatnik.
"El agresor se toma venganza contra la madre -a la que amenazaba porque no quería volver con él- en el cuerpo de la niña. No ocurre porque la madre haya salido de la casa, ni porque que niña haya estado sola, hay que dejar de estigmatizar a las mujeres y empezar a poner el acento en el violador y en el asesino -explica-. Lo que hay que cambiar es el patriarcado, que promueve la idea de la propiedad del cuerpo de la mujer".