Las restricciones coyunturales en el gasto familiar pueden ser disimuladas con ciertas herramientas financieras y de promoción que contribuyen a disminuir costos hogareños. Por caso, la tarjeta del Club LA GACETA se ha constituido en una suerte de aliada familiar en tiempos inflacionarios.
El socio lector aprovecha, por ejemplo, los beneficios del 10% en la carga de combustible. Ese mismo día puede ir a un comercio a desayunar con un 20% de descuento y hasta 30% en jornadas promocionales.
Si luego tiene que quedarse a almorzar en el centro, por cuestiones familiares, puede acceder a un descuento del 20% en negocios de gastronomía. Tal vez tenga que gastar en ropa. Con el Club LA GACETA puede adquirirla con rebaja.
Además, si le surge una demanda escolar, el socio puede comprar productos de librería con el descuento del 20%. Y, además, nadie puede escapar a la tentación de ir de compras al supermercado. En ese caso, el socio lector tiene la posibilidad de adquirir los productos con un 15% con compras mayores a $ 500.
Sale del trabajo y la familia quiere esparcirse y que ese momento sea de encuentro entre sus miembros. Puede abaratar los costos de esparcimiento con una salida al cine que le ofrece la tarjeta en un sistema de dos por uno en la compra de los tickets para la función.
Si bien hace frío, hay familias que gustan de acercarse a una heladería y consumir también dos por uno en el kilo de helado y un 20% en el resto de los productos. Así, al finalizar la jornada o la semana, se encuentra con los beneficios económicos que le ofrece LA GACETA sin costos de mantenimiento y sólo adquiriendo el diario.
Club LA GACETA cuenta hoy con más de 200 comercios adheridos al sistema de descuentos y de promociones comerciales para sus lectores.