Sucedió en la previa de un enfrentamiento de su nuevo equipo, el Hebei Fortune de China. Ezequiel Lavezzi quiso divertir a uno de los niños que ingresó al campo para posar junto a los jugadores tocándole la zona de los pectorales, pero el pequeño se enojó.  El niño se sintió intimidado y le sacó las manos al futbolista que continúaba a las carcajadas.