Decidieron unirse y pelear. Ayer les avisaron que las cirugías cardiovasculares que sus hijos necesitan para sobrevivir han vuelto a postergarse. Por eso decidieron hacer pública su angustia. Sucede que la Unidad de Cuidados Críticos Cardiovasculares del Hospital de Niños, que se montó por decisión del entonces ministro de Salud de la Nación, el hoy gobernador Juan Manzur, está lista para funcionar, pero no la habilitan.
Fabiola Domínguez y su esposo abrazan a Mía, que ya tiene un año, y a la que se le vencieron todos los plazos que permitirían evitar riesgos quirúrgicos. Vienen desde Lastenia cada vez que los citan... solo para anunciarles una nueva prórroga. Manuel Prado y Carolina Ledesma, su esposa ni siquiera pueden abrazar a Dylan: se contagió bronquiolitis en una visita de control al hospital y está -ahora sí- internado, en coma inducido. “Se debate entre la vida y la muerte”, cuenta Manuel. Él y Carolina llevan más de 10 días durmiendo en su viejo auto. No quieren alejarse de él.
La angustia y el dolor se reproducen en el rostro de Lorena Garzón, cuya hija, Antonella, de 3 meses sufre, además de la cardiopatía congénita, fenilcetonuria, lo que complica enormemente las cosas. “En estos días ya sufrió tres paros cardíacos”, cuenta con los ojos llenos de lágrimas. Y también María del Carmen Navarro, que espera la cirugía de su Santino (4 meses), se siente manoseada: “ya ni nos dan fecha... siento que nos van pateando”, dice.
“Todos los turnos están suspendidos. La terapia intensiva polivalente está colapsada: no hay cama, no hay respiradores... ¡no hay nada!”, suelta su indignación Silvia Martínez, otras de las mamás que se cansó de esperar en silencio a que operen a Juan Rodrigo, su bebé de 9 meses.
“Y mientras tanto, está la otra, vacía, esperando que la inauguren. Hay 12 respiradores sin uso allí... -añade Manuel. Según (el director del hospital, Oscar) Hilal, es un problema de recursos humanos. Pero sabemos que a la gente se la capacitó, y después la nombraron en otro lado, y el Gobierno no los quiere sacar de allí y traerlos al hospital”.
“Lo único que nos dicen es ‘sigan esperando’ -reclama Lorena-, pero ¡la vida de nuestros hijos está en riesgo!”.
La voz médica
Uno de los cardiocirujanos que espera la apertura de la Unidad de Cuidados Críticos Cardiovasculares para poder hacer su trabajo, Daniel Toledo, también se siente impotente.
“Lo único que podemos hacer es tratar de contener a los padres, y volver a reprogramar. Hace ocho semanas que no podemos operar, porque necesitamos aislar a los pacientes. La terapia polivalente vive llena y la lista de espera de niños que necesitan la cirugía crece sin parar. Ya casi son 30...”, advierte.
Operativamente, la Unidad está casi lista para funcionar. Hace poco más de una semana se le conectó el oxígeno y el aire comprimido; están los respiradores y los mecanismos de aspiración.
“Las obras empezaron en julio, y tenían plazo de entrega en noviembre -agrega-. Después, con los cambios de gestión...”.
“Además de las instalaciones, también hay todo un equipo quirúrgico especializado listo... Solo falta que se incorporen dos o tres profesionales. Ya forman parte del sistema, pero se demoró tanto la apertura de la Unidad que los asignaron a otras instituciones; hace falta que se hagan las gestiones para recuperarlos”, señala Toledo con frustración.
“No es cuestión de dinero -añade-. De hecho la inversión que se hizo fue muy importante. Se montó con la mejor tecnología... ¡hasta el cartel tiene! Cuando podamos abrir, seremos claramente referentes en el NOA, por lo menos. Pero el problema es que no podemos abrir”.
Llamado a la acción
Fabiola, Manuel, Carolina, Lorena, María del Carmen, Silvia y muchos otros (“¡somos un montón!”, había asegurado Manuel) ya no quieren esperar. “Nos acabamos de conocer, pero nos estamos organizando”, cuenta Silvia mientras recolecta celulares y arma el grupo de Whatsapp. “Se nos van agotando los recursos; también nos moveremos en Facebook”, advierte Manuel. “Y no nos vamos a quedar más de brazos cruzados. Iremos a la Justicia, lo que sea, pero no queremos seguir siendo testigos de cómo nuestros hijos se agravan día a día”.
En el NOA
La mejor Unidad de Cuidados Críticos Cardiovasculares
La sala para cuidados críticos cardiovasculares que espera ser abierta en el Hospital del Niño Jesús fue posible gracias a una inversión de 10 millones de pesos, autorizada durante la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, en el marco del Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas, cuando el actual gobernador, Juan Luis Manzur, era ministro de Salud de la Nación. “Está equipada con la mejor tecnología disponible”, aseguró uno de los cirujanos, Rubén Toledo. Tendrá capacidad para albergar siete pacientes. Se comenzó a ejecutar en julio de 2015, con la construcción del edificio. Solo restan los detalles finales. La gente la espera.