HANNOVER (Alemania).- Barack Obama aprovechó ayer, su quinto y último viaje a Alemania como presidente de Estados Unidos, para impulsar el acuerdo de libre comercio entre su país y la Unión Europea (UE) y despedirse con encendidos elogios de la canciller Ángela Merkel, a la que calificó de “socia y amiga”.

“Coincidimos en que debemos seguir avanzando con el TTIP (siglas en inglés de Tratado Transatlántico de Asociación e Inversión)”, sostuvo Obama en una rueda de prensa conjunta con Merkel tras una reunión de 90 minutos en el palacio de Herrenhausen, en las afueras de Hannover.

También la canciller señaló que el acuerdo “es absolutamente favorable desde una perspectiva europea para el crecimiento económico”. “Celebro que el presidente de Estados Unidos apoye este proceso en los próximos meses”, añadió.

Obama compartió la urgencia, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de que el acuerdo se cierre antes de que deje la Casa Blanca. “No creo que logremos ratificarlo antes de fin de año”, dijo.

Las negociaciones sobre el acuerdo, que crearía la zona de libre comercio más grande del mundo, vienen acompañadas por fuertes críticas de agrupaciones ecologistas y civiles sobre todo en Alemania, la mayor economía europea.

Más de 35.000 personas marcharon el sábado por Hannover, en el norte del país, para denunciar la falta de transparencia en las conversaciones o el riesgo de que el acuerdo rebaje estándares laborales y medioambientales.

Obama pidió a los detractores “ver los hechos y no las posibilidades hipotéticas” e insistió en las bondades del acuerdo: “Nuestras empresas deben seguir siendo competitivas”.

Además de mostrar su sintonía en el tema, Obama y Merkel repasaron una amplia gama de conflictos internacionales, de Siria a Ucrania pasando por la crisis de los refugiados y la amenaza del terrorismo.

Merkel alertó, “con mucha preocupación”, que aún no se aplica un cese de fuego en Siria y coincidió con Obama en la necesidad de luchar “con todas las fuerzas” por el éxito del proceso de paz. (DPA)