Los fanáticos dejaron de comerse las uñas a las 22 de ayer. A esa hora (las 21 de Estados Unidos), en todo el globo se estrenó la sexta temporada de la adictiva serie “Games of Thrones” (GOT, para los fanáticos). La rueda por la que giran traición, sexo, venganza, sangre, poder y fantasía ya está en marcha y será el plato fuerte de la señal HBO con las nueve entregas que quedan este año. Después de tantos anuncios y espera, el temible invierno ha llegado.
El final de la quinta temporada dejó helado al mundo GOT cuando Jon Snow (interpretado por Kit Harington) quedó tendido en el suelo y ensangrentado, traicionado por sus propios amigos. Era la respuesta a sus intentos de establecer una alianza entre los Guardias de la Noche y los Salvajes del otro lado del Muro para vencer al enemigo en común, los Caminantes Blancos. El futuro de esa unión transitoria es uno de los misterios que deberán develarse durante la temporada que comenzó ayer.
Los libros escritos por George R. R. Martin dan una esperanza de vida al sensible y aguerrido personaje de rulos, aunque el propio actor le clavó una espada a sus fans asegurando que no estará presente en la sexta temporada de “Juego de Tronos”. También la alianza inesperada entre Daenerys Targaryen (madre de los dragones) y Tyrion Lannister es otro de los hilos de una madeja que -esperamos- se desentrañe este año; el Lannister enano había quedado prácticamente solo en el mundo tras haber matado a su padre al final de la cuarta temporada. Intriga, asimismo, saber qué pasará con los niños Stark, Bran y Ayra; y con los hermanos-amantes Jaime y Cersei Lannister, blanco del odio de los espectadores pero sin duda germen de cierta sensualidad enroscada y controvertida.