MADRID.- El presidente del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, y el jefe del Ejecutivo regional de Cataluña, el independentista Carles Puigdemont, constataron ayer que no hay margen para un acuerdo que permita a los catalanes votar en un referéndum sobre la secesión de España.

Rajoy y Puigdemont se reunieron en el Palacio de La Moncloa, sede del Ejecutivo central en Madrid, durante dos horas y veinte minutos, en el que fue el primer encuentro entre ambos desde que el dirigente independentista catalán asumiera el gobierno de la norteña región en enero, con el compromiso de avanzar hacia la ruptura en un plazo de 18 meses.

El encuentro estuvo precedido por sonrisas en las escalinatas de la entrada al palacio de Gobierno, que Rajoy y su Ejecutivo ocupan de forma interina desde las elecciones de diciembre, ya que los partidos no han logrado un acuerdo para formar Gobierno (Ver “El Rey...”).

A pesar de que Puigdemont llevó a Rajoy un plan de gobierno con medidas y leyes para desarrollar las estructuras de un nuevo Estado catalán, también insistió en reivindicar un “referéndum vinculante” para que los catalanes puedan decidir sobre la secesión de España.

Según explicó el presidente catalán en conferencia de prensa, su entrevista con Rajoy se desarrolló en “un clima de cordialidad formal y normalidad institucional”, pero se evidenciaron “profundas discrepancias”. Pero las posiciones frente a las aspiraciones secesionistas en Cataluña, el mayor reto terroritorial que afronta el Estado español en los últimos 40 años, se mantienen inamovibles y enfrentadas.

Las antípodas

Puigdemont dijo que le pidió al líder conservador “sentarse a negociar un acuerdo que pase por una consulta”.

“Me ha escuchado atentamente, pero me ha transmitido claramente que no hay posibilidad de acuerdo”, añadió el líder independentista, quien reconoció lo evidente: que Rajoy está “a las antípodas” de sus planteamientos.

El jefe de Gobierno, por su parte, insistió en que la posibilidad de que Cataluña celebre una consulta para separarse de España es innegociable.

“Vamos a defender la unidad de España, la soberanía nacional y también la igualdad de los españoles”, repitió el presidente del Gobierno ante la prensa.

No obstante, Rajoy añadió que los vicepresidentes de los dos Ejecutivos -Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras- se reunirán, próximamente, para dialogar sobre 46 propuestas que Puigdemont le llevó y que abarcan cuestiones que van más allá de la consulta, como temas vinculados con la financiación de Cataluña, el déficit o la recepción de refugiados.

Sin la Justicia

Entre sus reclamos, Puigdemont le pidió a Rajoy que paralizara los recursos presentados por el Ejecutivo español ante el Tribunal Constitucional para frenar el proceso secesionista catalán.

Y, el mandatorio se mostró abierto a estudiar la posibilidad de no actuar de forma automática, aunque la vía judicial ha sido su principal arma contra el plan secesionista.

El presidente catalán fue elegido en enero gracias a un acuerdo in extremis entre los independentistas ganadores de los comicios regionales de septiembre de 2015 y una minoría anticapitalista y secesionista, que forzó la retirada del hasta entonces líder del proceso de secesión catalán, Artur Mas.

Su mandato (el de Puigdemont) es llevar a la norteña comunidad de España, de 7,5 millones de habitantes y que representa la quinta parte del PIB español, hasta la Independencia, mediante un proceso que requiere adoptar medidas para desarrollar las “estructuras” del nuevo Estado así como una Constitución.

En el camino, los independentistas reconocen que deberán desobedecer a las leyes españolas.

Sin embargo, los principales impulsores del proceso están dispuestos a abandonar esta vía si existe la posibilidad de celebrar un referéndum, reclamo que apoya una gran mayoría de catalanes, aunque no estarían a favor de la separación, según las encuestas. (Télam)