BUENOS AIRES.- El empresario Lázaro Báez, quien quedó detenido hoy por presunto lavado de dinero, cuenta en su haber un paquete de 14 empresas, y un patrimonio que a 2013 casi alcanza los 67 millones de pesos con más de 79 propiedades, con un crecimiento de 2200 % en solo cinco años.
Nacido en Corrientes el 11 de octubre de 1956, Báez se crió en Santa Cruz donde supo tejer una fuerte relación con Néstor Kirchner, a quien conoció en 1990 cuando este cumplía su último año de gestión como intendente de Río Gallegos y se preparaba para lanzar su campaña a la gobernación.
Acusado en forma reiterada de ser "testaferro" del ex presidente, se desempeñó durante muchos años como empleado bancario, tanto en la sucursal del Banco Nación como en el Banco de la Provincia de Santa Cruz, donde en 1991 alcanzó la gerencia de la entidad, presuntamente favorecido por Kirchner.
Con el respaldo del entonces gobernador, el empresario inició un vertiginoso ascenso en los negocios, y primero intervino y privatizó el Banco de Santa Cruz y más tarde conformó el directorio de Austral Construcciones S.A, la empresa emblemática de un pool de firmas que comanda, y que según se denunció obtuvo el 82 % de las licitaciones otorgadas por el gobierno de la provincia patagónica durante los 12 años de gobierno kirchnerista, enfatizó DyN.
De acuerdo a lo sostenido por distintos sectores políticos, el empresario también obtuvo el 12 por ciento de los contratos licitados por el Ministerio de Planificación, durante el comando de Julio de Vido.
De esta forma y en sólo cinco años, las empresas de Báez recaudaron 4000 millones de pesos en contratos estatales y 1200 millones por negocios con Santa Cruz.
Así fue que el hombre que empezó como cadete del Banco de Santa Cruz pasó a quedar al frente de un grupo económico con inversiones diversificadas no sólo en la construcción, sino también en la comercialización de neumáticos y el petróleo.
Sobre el vínculo con el kirchnerismo trascendió que el empresario construyó un lujoso edificio en un terreno cedido por Kirchner en Río Gallegos, del cual el ex presidente se habría quedado con diez de los departamentos nuevos y donde se levantó el Mausoleo de Néstor Kirchner construido tras su muerte.
Sin embargo, la relación entre el empresario y los Kirchner se extiende a otros inmuebles, e incluso Báez es investigado por el alquiler de habitaciones del hotel de lujo Alto Calafate, que pertenece a la familia de la ex presidenta Cristina Fernández en el marco de la causa Hotesur.
De acuerdo a lo detallado en la investigación, el empresario firmó acuerdos confidenciales y retroactivos con los que garantizó el pago de 935 plazas por mes, durante 2010 y 2011, sin importar si sus empleados usaban esas reservas o no.
La relación entre Báez y los Kirchner comenzó con resquebrajarse luego de que la gobernadora Alicia Kirchner le quitará la concesión de las obras públicas y negara que su familia mantenga vínculos comerciales con el empresario.
Pero según un informe periodístico, la ex familia presidencial utilizó la sociedad Los Sauces SA para completar múltiples operaciones inmobiliarias con el dueño de Austral Construcciones.
En una de las pocas entrevistas que concedió, el empresario aseguró: "No soy corrupto. Tenemos controles fiscales de todos los colores y son mucho más severos para nosotros".
No obstante, en abril de 2013, Lázaro Báez pasó a ser investigado por supuesto lavado de dinero, luego de que Federico Elaskar y Leonardo Fariña admitieron en un programa televisivo su participación en maniobras financieras realizadas para enviar a la banca suiza alrededor de 55 millones de euros en un lapso de seis meses y en el desvío de fondos públicos adjudicados a sus empresas para la realización de obras públicas.
Justamente, el empresario debía presentarse el jueves ante el juez federal Sebastián Casanello en la causa conocida como la "Rosadita", donde se investiga un caso de supuesto lavado de dinero y en la que aparecen, además, involucrado su hijo Martín Báez.
Lo cierto es que el empresario también está acusado por evasión fiscal luego que se denunciara a Austral Construcciones de haber emitido facturas apócrifas para disminuir ingresos reales.