En el Año de la Misericordia y a 73 días del inicio del XI Congreso Eucarístico Nacional, Tucumán participó con fervor de la Fiesta de la Misericordia. Esta celebración, instaurada por san Juan Pablo II, se realiza en todo el mundo el segundo domingo después de Pascua. Ayer en Tucumán hubo dos grandes procesiones y varias misas. En la que se realizó en la Catedral, el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, exhortó a buscar el encuentro. “La Argentina necesita reconciliarse, mirar hacia el frente. Estamos en situaciones difíciles pero la responsabilidad es de toda la sociedad, que tiene que dejar atrás las discusiones absurdas para ponerse a construir”, dijo.

Monseñor Zecca habló ante más de 3.000 fieles ubicados en toda la calle frente a la Catedral, desde Congreso hasta 9 de Julio. Remarcó la actitud del hombre de hoy, “que pretende que Dios se justifique por todas las guerras y muerte que hay en el mundo. Sin embargo, ese mismo hombre, en el fondo, dice Benedicto XVI está anhelando la misericordia de Dios. Nunca el hombre como hoy se sintió tan huérfano de padre. Dios nos hace notar que hay un padre que nos ama. Como dicen los versos de santa Teresa de Ávila: ‘Quien a Dios tiene nada le falta. ¡Sólo Dios basta!”, citó.

El arzobispo recordó que en el Congreso Eucarístico que se realizará del 16 al 19 de junio en Tucumán “daremos testimonio de Jesús como Señor de la historia”. Hacia el final de su homilía pidió a los argentino que se reconcilien. “La historia no va para atrás, va siempre para adelante, y de la mano de Jesús”, dijo. “Después de celebrar este bicentenario tenemos que empezar a construir el tercer centenario”, alentó. Durante la misa - y en los oficios religiosos de toda la arquidiócesis - se realizó una colecta para la organización del Congreso Eucarístico de Tucumán. Los fieles aplaudieron cuando el padre Marcelo Barrionuevo informó sobre la visita de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro de Salta, la Virgen de Catamarca y el Señor de Mailín de Santiago del Estero.

Muchos fieles llevaban cuadros de Jesús de la Divina Misericordia para ser bendecidos. “Este es un día muy especial. Lo pondré en el living de mi casa para que sea honrado por todos los que visiten mi hogar”, dijo emocionada Carmen Santillán , junto a su hija y a sus nietos.

La procesión partió desde la Maternidad y entró por 24 de Septiembre hacia la plaza Independencia, donde se colocó una puerta santa, por donde pasó la gruesa columna de fieles. La Catedral es uno de los cinco templos que los tucumanos podrán visitar para ganar indulgencias en el Año de la Misericordia instituido por el papa Francisco del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de este año.

Se abrió otra puerta Santa

Honraron a Jesús Misericordioso en la capilla de los padres Rogacionistas

Tucumán tiene otro lugar de peregrinación para ganar indulgencias: la capilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia de los Padres Rogacionistas, en El Corte. Ayer monseñor Alfredo Zecca abrió la “puerta santa” del templo, que cuenta con una reliquia de sor Faustina y un cuadro que es copia fiel del de Polonia. Ayer, más de 300 personas participaron de la misa concelebrada por el arzobispo, el superior provincial de los Rogacionistas, padre Juárez Albino Destro, el delegado ad personam padre Giovanni Toscano Guarino, los consejeros provinciales padres Marcos Cardozo y Marcos Avila; el director padre Vito Domenico Curci y al padre Rogerio Antoni de Olivera. Por la tarde, el cardenal Luis Villalba presidió otra misa y una procesión.