Todavía sobrevuela la adrenalina que dejó la edición pasada del Gran Premio de Argentina de MotoGP. Aquella carrera tuvo brillo por la impecable lección de manejo que dio Valentino Rossi para ganar en el autódromo internacional de Termas de Río Hondo. ¿Habrá más de lo mismo? Quizás. Por lo pronto, luego del primer contacto de los pilotos con la prensa, hay esperanzas de que así sea.
Pero habrá que tener algunos factores en cuenta para comprender cualquier expectativa que no se cumpla. “Llegamos después de 60 horas de viaje”, comentó con su habitual sonrisa Marc Márquez. El español no tiene un buen recuerdo de su última incursión en Las Termas porque lidió con el acecho de Rossi, que había largado octavo. En su escalada “El Doctor” hizo honor a su apodo, y con frialdad se puso rápidamente como escolta. A dos vueltas del final, en una astuta maniobra, Márquez no pudo aguantar el sobrepaso de Rossi, terminó en el piso y abandonó. “El circuito me gusta mucho”, reconoció pese a mal trago. El doble campeón mundial advirtió: “hoy veremos en qué nivel estamos”.
Por su parte Rossi, el otro protagonista que debería ponerle pimienta a la segunda fecha, estaba de festejo. Ayer se cumplieron 20 años de su debut absoluto en un campeonato del mundo, en 125cc. “Decidí continuar y estoy realizando un gran esfuerzo para mantenerme competitivo”, explicó Rossi. Lo que consiguió hace un año atrás en la ciudad santiagueña, es ejemplo del éxito del plan para mantenerse en vigencia.
Para Jorge Lorenzo, campeón defensor, el último recuerdo del trazado no es el mejor. “El año pasado no hicimos una buena carrera por los neumáticos, pero creo que podemos ser más competitivos”, aseguró el español que fue quinto el 19 de abril de 2015. Lorenzo empezó de la mejor manera su defensa: ganó la primera fecha en Qatar. “Tuvimos la ventaja de poder entrenar antes del fin de semana de la carrera. Ahora no tendremos tanto tiempo, por lo que habrá que ser rápido desde el principio”, analizó el piloto que, como la mayoría, a pie o en motos particulares, reconoció ayer el circuito termense.
Jonny Hernández, el colombiano, está también en la línea de recuerdos pocos gratos como los de Márquez y Lorenzo. Sin embargo, aunque terminó con la moto incendiada el año pasado, está feliz. “Es como correr en casa, ya que recibo mucho apoyo del público”, anheló el hijo adoptivo de los argentinos por su condición de latinoamericano.