CIUDAD DEL VATICANO.- La desclasificación de los archivos del Vaticano sobre la dictadura argentina muestran un lado desconocido sobre la cuestionada figura del entonces nuncio en nuestro país, Pío Laghi, que fue acusado en su momento de haber sido cómplice de la represión.

El prelado, que fue embajador del Vaticano en la Argentina de 1974 a 1980 -y que falleció en 2009-, el 13 de agosto de 1976 le mandó al entonces ministro del Interior, el general Albano Harguindeguy, una lista con el nombre y apellido de 60 personas de las que no se tenían noticias, para que se hiciera algo en su favor. Entre ellas estaba Juan Martín Guevara de la Serna, hermano de Ernesto "Che" Guevara, que había sido arrestado en marzo de 1975 a los 32 años, según reveló el vaticanista Luis Badilla en un artículo en el sitio especializado Il Sismografo.

Juan Martín Guevara estuvo a disposición del Poder Ejecutivo Nacional hasta marzo de 1979, luego de la justicia ordinaria y en 1983, a los 40 años, obtuvo libertad condicional.

De acuerdo a un documento que dio a conocer hoy el periodista del "Vatican Insider" Luis Badilla y que integrará los archivos que "en los próximos meses" la Santa Sede abrirá al público sobre la dictadura argentina, Laghi se interesó por la suerte de 60 personas arrestadas en diversos puntos del país.

Además, aparecen en el listado Jorge Vázquez, ex subsecretario de Relaciones Exteriores del Gobierno de Héctor Cámpora entonces retenido en un barco en La Plata, y el padre Elías Musse, de la Diócesis de Azul.

También aparece el director de cine brasileño Paulo Antonio Paranaguá, detenido en mayo de 1975.

Entre los nombres por los que se interesó Laghi aparecen seis mujeres y 14 hombres detenidos en Villa Devoto, y un grupo de nueve miembros de la Comisión de Energía Atómica arrestados el 28 de marzo de 1976.

En el documento del 13 de julio de 1976 aparecen además 17 ciudadanos chilenos y otros hombres y mujeres alojados en Mercedes, Resistencia, Coronda, Sierra Chica, la Unidad 9 de La Plata y la Cárcel de Mujeres de Olmos.

El pasado 23 de marzo el Vaticano anunció, a través del vocero papal Federico Lombardi, que desclasificará "en los próximos meses" los archivos sobre la última dictadura argentina, luego de que Télam adelantara que la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Argentina están trabajando en "ordenarlos" antes de abrirlos al público.

Este martes 29 de marzo, el "Vatican Insider" había adelantado que uno de los documentos que el Vaticano desclasificará revela críticas a "los métodos inadmisibles de lucha contra la subversión" formuladas en 1976 por Pío Laghi.

"Ante la angustia que manifesté sobre los actos de violencia de los 'escuadrones' de derecha y sobre los métodos inadmisibles de lucha contra la subversión, el Ministro concordó conmigo en que 'es necesario desarmar a todos los grupos que actúan fuera de la ley del Estado'", relata el cable del embajador apostólico en el cable interno del Vaticano 1510/76.

En la nota Pio Laghi, le informaba al cardenal Jean Villot, prefecto del Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia, sobre una reunión mantenida con el general Albano Harguindeguy, en esa época ministro del Interior del régimen impuesto mediante el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

El documento narra "un coloquio de tres cuartos de hora" durante el cual "el principal argumento afrontado fue el del estado de los detenidos políticos, el secuestro y la eliminación de personas, al margen de la ley, y la violación de fundamentales derechos humanos".

Badilla recordó en su artículo que "Pío Laghi llegó a Buenos Aires acreditado como Nuncio del Papa el primero de julio de 1974, el mismo día de la muerte del Presidente Juan Domingo Perón y concluyó su misión diplomática el 21 de diciembre de 1980".

"Después de la masacre de los cinco religiosos Palotinos, el Ministro mismo había expresado el deseo de tener un encuentro conmigo, y yo, naturalmente lo secundé, considerando conveniente valerme de tal audiencia para hablar también sobre los argumentos antes mencionados", se lee en el texto remitido por el nuncio Pío Laghi.

"Sobre el asesinato de los Palotinos, él (Harguindeguy) me aseguró que la investigación para identificar a los autores prosigue; añadió que el lamentable hecho ha producido un daño moral incalculable al país, 'mucho mayor del daño producido por la bomba que explotó en el cuartel general de la Policía y que causó 20 muertos y más de 60 heridos'", escribió Laghi al cardenal Villot, que era su superior en Roma.

De acuerdo con el nuncio, Harguineguy le dijo sobre la Masacre de los Palotinos, perpetrada el 4 de julio de 1976, que "los responsables deben ser identificados y procesados", y le aseguró que "tenía indicios para concluir que la mano asesina es 'de extrema derecha'; ha dado la orden al alto Comando de la Policía para hacer cualquier esfuerzo para aclarar el hecho, con el fin de 'limpiar y rescatar la imagen misma del Cuerpo'".

"Al final, nos detuvimos para hablar sobre los refugiados y sobre los que aquí residen pero no son ciudadanos del Estado, si, por una parte, su presencia y su elevado número plantean serios problemas de seguridad para las autoridades estatales, por otra, ellos tienen derechos inalienables", prosigue la carta de Laghi.

"Sobre los detenidos no argentinos recordé casos en los que son mantenidos 'incomunicados' y no pueden ser visitados ni siquiera por el agente consular del respectivo país; y esto va en contra del artículo 36 de la Convención de Viena sobre las relaciones consulares, de la cual Argentina es firmante", agregó. (Télam)