Lo que sucede en casa, que queda en casa; los de afuera son de palo. En Atlético hacen de los refranes parte de un credo conciliador. Si hay algo en lo que el cuerpo técnico hace un esfuerzo importante, es en blindar la intimidad del grupo. No así la de su trabajo, por supuesto, porque en el “Decano” la mayoría de las prácticas son a puertas abiertas.

Sin embargo, mínimo, una de ellas se realiza sin público ni prensa. Se la utiliza para dar toques específicos en el equipo, además de practicar detalles de pelota parada. Dicen por lo bajo que si fuera por algunos integrantes del cuerpo técnico, la vida del plantel quedaría completamente aislada, inclusive la del trabajo semanal.

“Es para que los jugadores no se dispersen con lo que pasa a su alrededor”, se habían justificado desde la CD semanas atrás cuando en el complejo de Ojo de Agua apareció una media sombra pintada con los colores celeste y blanco que cubría la tela olímpica de la cancha central donde habitualmente se entrena el plantel superior. Después, la tela desapareció, la cambiaron por una lona de goma.

Puede suceder, además, que se den los entrenamientos a puertas cerradas de último momento. Como el de ayer, en el que ni el equipo de prensa del club estuvo al tanto para informar, como suele hacerlo con anticipación. “No pasa nadie por orden del cuerpo técnico”, avisaron en la entrada del “José Salmoiraghi”.

Durante la mañana, en cambio, la actividad se desarrolló con normalidad. Fue más física que deportiva. Por la tarde, en tanto, los jugadores se movieron con la pelo ta pensando ya en lo que será la visita de Huracán, el próximo viernes cuando se reanude el Torneo de Transición, tras el paso de la doble fecha de Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.

En Atlético buscan que no haya detalles librados al azar. Desde lo exclusivamente futbolístico a que sus jugadores no pierdan de vista su objetivo por una distracción ajena. Por eso son tan celosos, dicen.