Ya pasaron 10 años de aquel invento que cambió para siempre el rumbo de las comunicaciones por internet. Hoy en día, una década después de aquel 21 de marzo de 2006, no hay suceso, información, tragedia o alegría que no planee en la red social del pajarito, esa que nos obliga a desarrollar la síntesis en 140 caracteres. Twitter cumple 10 años de historia, pero los festejos por el aniversario redondo no son plenos para la compañía fundada por el desarrolador Jack Dorsey.

Del entusiasmo colectivo y de la ahora imprescindible función social no viven las empresas. Tienen que generar ganancias. Y eso es algo que Twitter no está pudiendo lograr: los últimos registros demuestran que la cifra de usuarios activos está en ligero descenso; de trimestre a trimestre, la empresa no logra sacar sus balances del rojo y, para colmo, las acciones de la empresa cotizan muy por debajo del precio con el que salió a la Bolsa en 2013, indica un informe de la agencia DPA.



Hasta el momento, los cambios que ha ensayado la compañía no han dado los resultados esperados. Se ha hablado incluso de eliminar la restricción de los 140 caracteres, que si bien es la identidad del sistema, es una limitación que sólo tenía sentido cuando se lanzó la red social y debía adaptarse a la tecnología de los SMS. También se evalúa cambiar la forma en la que se presentan los tweets, que en vez de aparecer cronológicamente lo hagan según intereses. Nada cierra, y el mayor ingreso de la empresa (la publicidad en el timeline del usuario) también tiene sus límites, porque no es cuestión de espantar a los twitteros.

Así, cuando se cumplen 10 años de que el primer tweet alzara vuelo, hay quienes avizoran un aterrizaje de emergencia y el fin de esta aventura. Dorsey, antes que soplar las velitas, se incendia la cabeza pensando cómo recuperar altura.