Que no conducía el Renault 9 al momento del accidente. Que ni siquiera iba en ese vehículo. Y que tiene miedo, porque está amenazado. Todo eso le dirá hoy Jorge Alberto Sánchez, el presunto autor de la tragedia de Ranchillos, al fiscal Diego López Ávila.
Sánchez, quien se había negado a declarar el 19 de febrero cuando se entregó en tribunales, había solicitado una ampliación de indagatoria. López Ávila accedió y lo citó hoy a las 10. El imputado por el delito de triple homicidio con dolo eventual intentará convencer al fiscal de que no fue el autor del violento accidente que acabó con tres vidas, el 14 de febrero, en Ranchillos. Según dijo su abogado defensor, Pablo Cisneros, Sánchez quería tener la oportunidad de “contar la verdad”.
“Conversando con él, me entero de que no conducía el vehículo ese día. Sí, el auto es de su propiedad. Pero él lo había prestado”, aseguró Cisneros. Y explicó: “él tiene mucho miedo, está aterrado, de hecho se refugió esos días porque estaba amenazado. Incluso tuvo un altercado con esa persona cuando le contaron lo sucedido. Es importante que quede claro que mi cliente no conducía el auto, ni iba como acompañante al momento del hecho”.
De acuerdo al relato del defensor, la noche de la tragedia Sánchez se encontraba en la casa de unos primos y no había concurrido al baile de Ranchillos. “Sí estaba alcoholizado, por eso prestó el auto. Pero no tuvo nada que ver con el accidente”, agregó el letrado.
Para defender la inocencia de su cliente, Cisneros pedirá que se realice una rueda de personas. “Lo malo es que su cara se vio en todos los medios, así que no sé si servirá la medida”, comentó. No obstante, aclaró: “esta defensa tiene la profunda convicción de que estamos ante una Fiscalía de Instrucción que trabaja muy bien y que va a llegar al resultado que se tenga que llegar para esclarecer el caso. Queremos que la causa no quede impune, pero que tampoco se le endilgue la responsabilidad penal a una persona que no cometió el delito”, insistió Cisneros.
La noche de la tragedia acababa de finalizar el baile de carnaval del Club San Antonio de Ranchillos. Los colectivos habían dejado de prestar servicios de manera repentina y a los asistentes del festejo no les quedó otra que regresar a sus hogares caminando. Un grupo numeroso de personas lo hacía por un costado de la ruta 302 cuando fueron sorprendidos de frente por un Renault 9 azul que avanzaba a excesiva velocidad. El auto trepó a la banquina y se llevó por delante a varios de ellos.
Como consecuencia del violento accidente, murieron Hugo Daniel Barrera (25), Marcela Ramona Jiménez (40) y Maribel Sol Álvarez (13). Además, resultaron heridas Lucía Micaela Ayala (16) y Antonella Tarascio (17).
Los testigos contaron que, después de atropellar a las víctimas, el automovilista se detuvo. Las personas que se encontraban en el lugar lo acostaron sobre el piso e intentaron auxiliarlo. Sin embargo, ante el menor descuido, el hombre se levantó, subió al auto y se dio a la fuga.
Cuatro días después, la Policía encontró el Renault 9 desguazado y enterrado en la finca de los abuelos de Jorge Sánchez, en el paraje de La Tala, a casi 15 kilómetros de Ranchillos. López Ávila pidió la detención de Sánchez y de cuatro parientes suyos, a quienes acusó de encubrimiento.