Para los miles de tucumanos que durante más de ocho décadas han cruzado el puente Lucas Córdoba, ese tendido de cemento de 700 metros es el imprescindible nexo que les permite circular entre la populosa ciudad de Banda del Río Salí y la capital provincial. Para los expertos en patrimonio, esa estructura que fue habilitada en diciembre de 1931, pero cuyos antecedentes originales se remontan a 1871, es una joya que merece ser cuidada, tanto desde el punto de vista funcional como del artístico (tanto por la faz arquitectónica como por los murales que en su momento le fueron atribuidos en forma errónea a Juan Carlos Iramain).

Por eso, en la primera reunión de la Comisión de Patrimonio de la Provincia, que sesionó esta semana, se impulsó- entre otras cuestiones- la declaración de bien patrimonial para esa obra pública. Por las leyes 7.500, 7.538 y modificatorias (de Patrimonio) la declaratoria definitiva requiere el análisis de una comisión ad hoc, que estará integrada por el arquitecto Ricardo Viola y la licenciada en Artes Plásticas Raquel Zeitune. Como el Ente Cultural de la Provincia es autoridad de aplicación de esa normativa, si el veredicto de los expertos es favorable, el Lucas Córdoba será un bien patrimonial.

¿Cómo afectaría esa cobertura a la obra, ante la necesidad de futuras reparaciones? La responsable de Patrimonio de la Provincia, Mercedes Aguirre, afirma que, como es el Estado el propietario, es el responsable de mantenerlo. Y que toda modificación sobre esa estructura deberá ser aprobada previamente por la Comisión de Patrimonio. El presidente del Ente de Cultura, Mauricio Guzman, destacó que la iniciativa es una manera de proteger esta obra, que -dijo- lamentablemente no ha sido debidamente valorada.

Derroteros

Hasta llegar a la estructura actual, el puente tuvo sus derroteros. Si bien fue inaugurado en 1931 por impulso del entonces senador nacional Ramón Paz Posse, recuerda Carlos Páez de la Torre que ya en 1871, durante la presidencia de Sarmiento, la entonces Oficina Nacional de Ingenieros encargó estudios a dos técnicos franceses (Julio Delacroix y Luis Dode) para la construcción de un puente de madera -de quebracho colorado- sobre las aguas del Salí. Como sigue sucediendo en la actualidad, el caudaloso Salí se llevó la obra, y desde entonces hubo sucesivas intervenciones en 1879 y en 1900. En 1912, el Senado aprobó, por iniciativa de Alberto León de Soldati, la construcción de un puente metálico, pero el proyecto no prosperó en Diputados.

Finalmente, el primer perfil “moderno” que cruzó el Salí fue el puente de 350 metros de longitud que quedó inaugurado en 1931 a instancias de Ramón Paz Posse; con ese nombre fue bautizada inicialmente la inmensa obra proyectada en Italia.

El nombre de Paz Posse fue cambiado por el de Lucas Córdoba en 1943, por el entonces interventor federal, el peronista Alberto Baldrich, en reconocimiento al dos veces gobernador de Tucumán y autor de leyes de crucial importancia para la industria azucarera, como la llamada “ley del machete” y la ley de Primas a la producción azucarera.

El ex Banco Provincia 

Junto a la decisión de declarar patrimonio al puente Lucas Córdoba (por iniciativa del concejal de Banda del Río Salí, Gregorio García Biagosch), la comisión de patrimonio trató también el proyecto de intervención y mejora del ex Banco Provincia (en San Martín y Laprida), en el cual está involucrada la Unidad de Reconversión del Espacio Público, y que debería estar concluido para el mes de julio, por los festejos del Bicentenario.