Se dice por ahí que Juan Manuel Azconzábal, quizás en vidas pasadas, fue un encantador de serpientes, un hipnotizador. Y que por eso logró convencer a todos los refuerzos de sumarse a Atlético. O sea, el “Vasco” tiene ese no sé qué que debe diferenciarlo del resto. “Fue él el que terminó empujando mi decisión de venir a Atlético”. El que habla es Nery Leyes, el último y flamante refuerzo, arribado ayer a la concentración.

Leyes, el volante central que formó para el plan B tras caerse el pase de Pablo Guiñazú, viene a ser el bombero que el entrenador espera para apagar el incendio en la zona media de su pizarrón táctico. El rubio, nacido en Ushuaia, deberá ganarse un lugar,y para ello comenzará una carrera contra Miguel Julio, Guillermo Acosta y Franco Quiroga, entre otros.

Lo bueno del ex Talleres, según comentó, es que la adaptación no será un problema. “Tengo un par de conocidos”, dijo. Uno de ellos, es Leandro González, el delantero con quien compartió equipo en Defensa y Justicia, club que le dio libertad de acción a Leyes.

“Tenía muchas ganas ya de estar acá, y gracias a Dios llegué”, dice exultante el mediocampista con pasado en Talleres.

Leyes, conocedor de otras categorías, entiende que lo que viene para Atlético no será sencillo, tampoco imposible. “El torneo de Primera división es distinto al de la B Nacional, pero pienso que yendo de a poco se puede consolidar un buen grupo y ello hará que consigamos algo fundamental en esta historia: puntos”, considera Leyes.

A su entender no es tan dramático el hecho de que el torneo y el único descenso de esta temporada de transición se definan antes de junio. “Puede ser beneficioso para los ascendidos. Al haber menos descensos se puede trabajar tranquilo, siempre y cuando vayamos sumando los puntos que necesitamos -sostuvo-. Esperemos que todo sea como la gente quiere y como nosotros, los integrantes del plantel, deseamos”.

¿La clave de la salvación? “Para los equipos importantes del interior, como Atlético, es fundamental hacer valer tu condición de dueño de casa. Si los resultados acompañan es otra la presión que tenés cuando jugás de visitante”, indicó.