Esta será una semana clave para bajar las expectativas inflacionarias. El Gobierno nacional intentará prorrogar la vigencia del programa “Precios Cuidados”, que vence el jueves, como una primera medida para mantener a raya a los precios de los principales productos de la canasta familiar. Paralelamente, tratará de llegar a un acuerdo Económico y Social con empresarios y con sindicalistas para convenir medidas que, progresivamente, tiendan a bajar la inflación. Pese a que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, sostiene que la inflación tiende a desacelerarse, sindicalistas e industriales consideran que hay que buscar el modo de frenarla. “No tenemos la ideología que si sube el salario, sube la inflación”, había dicho hace unos días Prat Gay, que advirtió que si en la puja distributiva “cada uno (de los sectores) se corta solo, nos va a ir peor a todos”.

El diputado nacional y secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), Héctor Daer, afirmó que hay “un corrimiento de precios importantísimo” en la canasta básica alimentaria producto de la devaluación por la salida del cepo cambiario. El nuevo gobierno de Mauricio Macri ya arrancó a mediados de diciembre las negociaciones con empresas del sector alimenticio y supermercados para armar el nuevo esquema. El actual abarca una canasta de 512 productos, y el gobierno aspira a conformar una nueva de 300 artículos de primera necesidad, y se autorizaría una suba en torno del 5%, aunque no se sabe si se ajustará sobre los valores actuales o se tomará como referencia los que estaban vigentes a fines de noviembre, consignó la agencia DyN. En este contexto, Daer planteó que la “liberación de golpe (del cepo) acompañada por cambios en las retenciones que son las que determinan el valor de los alimentos generó este corrimiento de precios que se produjo en diciembre, antes de que asuma este gobierno, porque eso fue también un error gravísimo haber anunciado una devaluación con anticipación”, evaluó. El sindicalista evitó dar aún una cifra del ajuste salarial que reclamarán los gremios en las próximas paritarias, estimó que ese número se va a empezar a perfilar a “fines de febrero y marzo”, aunque señaló que “inclusive los empresarios ya están pensando por arriba del 30%”.

Por su parte, el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes De Rioja, indicó: “hay que buscar acuerdos que son esenciales para transitar un camino para bajar la inflación, que en Argentina es crónica y mala, y perjudica al poder adquisitivo y también la previsibilidad empresarial”.

Sobre la extensión de Precios Cuidados, indicó que “las empresas están con la Secretaría de Comercio y los supermercados armando sus propuestas” y estimó que “terminaran de elaborarse en las próximas 48 horas”. “Cuantos productos van a resultar lo sabremos en el curso de esta semana porque depende de lo que ha puesto sobre la mesa cada una de las empresas”, comentó. En cuanto a las futuras paritarias, el empresario dijo que no tiene “ningún número” y “sería muy aventurado decirlo”, pero pidió “prudencia” en los reclamos salariales. “Siempre para discutir paritarias como para discutir el salario mínimo se han tenido en cuenta conversaciones que han enmarcado si había alguna idea de a que ritmo se iba a mover la inflación, o si cada uno tironea para donde puede. Yo no soy partidario de eso. Soy partidario de la moderación, la prudencia, la razonabilidad y el diálogo social”, manifestó.

En igual sintonía, el titular de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos, evaluó que “hay situaciones de precios que estaban totalmente congelados artificialmente producto del gobierno anterior y tuvieron aumentos, pero es difícil hablar en general”. “Creo que en la Argentina tenemos que trabajar todos para bajar la inflación. Ese es el gran desafío. Me parece que el Gobierno empezó muy bien porque primero eliminó el cepo que era un instrumento que estrangulaba la economía”, opinó Campos.

Hay que tener en cuenta que la batalla contra la inflación no será sencilla. Más allá de los beneficios de levantar el cepo, queda latente el riesgo de que el encarecimiento nominal del dólar tenga como contrapartida un aumento en el nivel de precios (pass-through), advierte Economía & Regiones. Según la consultora, la dinámica que adopte la cantidad de dinero será el elemento clave para determinar qué pasará con los precios en la Argentina durante los próximos meses.

Pero la cuestión no se reduce al flujo de emisión monetaria que el Banco Central emita en 2016, sino también a lo que “esté pasando” con el stock de dinero “ya” existente. Esto es, aun cuando no se emita un sólo peso de más, si el dinero existente excede al dinero “deseado”, se verifica un sobrante de pesos y la devaluación repercutirá en aceleración inflacionaria; aún cuando el Central no emita, sostiene la consultora.