1) - Por el tema de tu velocidad, ¿te cambiaban de puesto alguna vez para que te llegara antes la pelota?

- La ‘93 de Regatas tenía muy buen juego abierto, buenos forwards pero mejores backs, y sabíamos que tirando la pelota afuera sacábamos ventaja. En mi caso siempre jugué de fullback, es mi puesto de toda la vida.

2) - ¿Cambiaste camisetas en el Mundial?

- Ninguna. Me quedé con todas. Hice firmar una para el club, otra que la tengo ahí reservada. Me dieron ganas de guardarlas. Esas camisetas valen mucho para mí, sobre todo las primeras.

3) - Quizá pocos sepan que sos un caso atípico. Empezaste a jugar algo “grande” y si te pregunto por David Campese quizá no sepas quién fue…

- De verdad no sé quién es (risas). Empecé como tantos porque algún amigo iba y fui con él, pero me costó engancharme. Fui a Curupayti, a Regatas, otra vez a Curupayti, hasta que volví a Regatas y no me fui más. Paralelo a esos cambios de club hubo un cambio de colegio clave para definir mi grupo de amigos. Las idas y vueltas terminaron en el Mundial 2007. Lo vi completo, me contagié de la euforia y ya no tuve más dudas sobre que iba a jugar al rugby.

4) - ¿Qué representa no poder jugar más en tu club, Regatas Bella Vista?

- Es un bajón, me costó mucho aceptarlo. En el 2015 no estuve contratado por la UAR. Venía de un par de años que había firmado, no me citaban a los viajes o a los partidos, y me quedaba sin jugar en el club. Como no quería que me pasara eso otra vez decidí no firmar en 2015. Y tuve la suerte de jugar unos cuantos partidos hasta que quedé afectado al plantel y me fui al Mundial. Fue una de decisión difícil de tomar. Y la tomé con la absoluta certeza de que voy a volver algún día.