Falta, pero Juan Manuel Azconzábal respira porque sabe que cuenta con material humano para formar, al menos, un Atlético titular, de cara al debut en Primera, el primer fin de semana de febrero con Racing, en el Monumental. El regimiento del “Vasco” supera los 18 futbolistas y lo mejor para él es que dentro de esa grilla llegaron tres refuerzos qué, próximamente, ascenderán a cuatro, cinco y seis.

La columna vertebral del “decano” está completa, y los cimientos de la estructura final, casi. En esa pequeña idea de lo que el DT pretende para su equipo en la máxima categoría, tiene a mano ya una formación aguerrida y atrevida para el duelo con la “academia”: Cristian Lucchetti cubrirá el arco; Nicolás Romat, Bruno Bianchi, Enrique Meza Brítez y Lucas Villalba serán los defensores; Emanuel Molina, Guillermo Acosta, Pablo Guiñazú (firma el sábado, supuestamente) y Leandro González, los volantes; y Luis Rodríguez y Fernando Zampedri, los delanteros.

Esta escuadra bien puede ser la que el técnico comience a darle rodaje durante la pretemporada en Balcarce, cuyo comienzo está confirmado para le próximo lunes 4 de enero. Sin embargo, esto no quiere decir que sea el 11 de memoria a futuro porque, claro, los viejos soldados del grupo y los que todavía deben llegar buscarán estar entre los actores protagónicos de Atlético.

Pero hasta que ello suceda, el “decano” se probará en amistosos en la tierra de Juan Manuel Fangio con Temperley, Colón, Aldosivi y Tigre, entre otros rivales.

Aún quedan casilleros libre para los jugadores que piensa sumar Azconzábal a su troupe. Necesita un carrilero, aunque resta definir la situación de los laterales Fernando Evangelista y Pablo Cáceres (el más complicado); y lo del “Cholo” Guiñazú. También pidió otro goleador y se guardó un par de cartas para ver dónde utilizarlas.

Las novedades pueden llegar pegadas al arranque del nuevo año. Desde La Plata, Azconzábal esperará ansioso los llamados que le confirmen que su plantilla sigue creciendo porque cuando el grupo se instale en Balcarce quiere que todos sus discípulos inicien los trabajos preparatorios para el campeonato en igualdad de condiciones.

Lo que viene, un torneo que se supone será sangriento y letal, por la poca cantidad de fechas a disputar y el escaso margen de error, es el mayor desafío de la historia de Atlético. Y tanto Azconzábal como su gente sueñan con superarlo sin complirse demasiado.