Raquel Miguel - Agencia DPA

El mundo del arte cierra 2015 con sentimientos encontrados: ha sido un año de oro para el mercado, pero también testigo de la pérdida de patrimonio irrecuperable a manos de la milicia terrorista Estado Islámico (EI), especialmente grave en la ciudad histórica de Palmira, ubicada en el centro de Siria.

La actividad del autoproclamado EI está suponiendo además un reto para el control del contrabando de arte y antigüedades. Es una importante fuente de financiación de los terroristas, al que países como Francia se han decidido a poner freno.

Arte para la guerra pero también arte para la paz deja este año al medir el pulso al deshielo entre Cuba y Estados Unidos -con la exposición por primera vez de siete artistas contemporáneos cubanos en Washington y la presencia cubana en la feria Art Basel Miami- y a la distensión entre Irán y Occidente.

Y también arte para la denuncia, como las grandes exposiciones que acogieron Berlín y Londres del activista y disidente chino Ai Wei Wei (al que Pekín le devolvió su pasaporte este año), y su compatriota Liu Xia, esposa del premio Nobel de la Paz encarcelado Liu Xiabo.

Pero, sobre todo, se consolida el arte como negocio, un sector que parece blindado de cualquier turbulencia o crisis económica y que sigue batiendo récords, encabezados este año por el artista español Pablo Picasso, autor de tres de las 10 obras más caras que cambiaron de manos en 2015. Su “Les femmes d’Alger” se convirtió en mayo en la obra más cara vendida nunca en una subasta, adquirida por U$S 179 millones, seguida de cerca por los U$S 170 millones que se pagaron por “Nu Couché”, del italiano Amedeo Modigliani y por los U$S 141 millones de “L’homme au doigt”, de Alberto Giacometti, que batió el récord histórico mundial por la venta de una escultura.

Top-ten

Roy Lichtenstein, Mark Rothko, Cy Twombly, Vincent van Gogh y Lucian Freud completan el top-ten de las subastas de este año. Los expertos consideran que es una cuestión de tiempo que se alcancen los U$S 200 millones y algunos rumorean que ya podría haber ocurrido: las especulaciones de que “Nafea faa ipoipo” de Paul Gauguin haya sido adquirida por un qatarí por unos 300 millones de euros en una operación privada no han podido confirmarse pero, de ser verdad, la convertiría en la obra más cara del mundo.

También Picasso fue uno de los protagonistas de las grandes exposiciones que albergaron los museos en este período, profundizando en aspectos como su infancia o sus esculturas, presentadas en una gran exposición de más de 150 piezas en el MoMa de Nueva York. El Grand Palais de París le dedicó una gran exposición.

Entre los artistas vivos, el alemán Gerhard Richter y el estadounidense Jeff Koons fueron protagonistas de grandes muestras en Dresde y en Nueva York, respectivamente. También al otro lado del Atlántico, la conocida artista japonesa Yayoi Kusama causó sensación en México en una muestra que se visitó durante 36 horas ininterrumpidas en el Museo Tamayo.

Entre las acciones artísticas más subversivas que deja 2015 se encuentra la parodia de Disneyland del escurridizo artista británico Banksy, pero también “La vagina de la reina”, del escultor indo-británico Anish Kappor, que desató controversia en Versalles o la escultura que representa al anterior rey de España Juan Carlos I desnudo y que desató una fuerte polémica.