MADRID.- Mariano Rajoy cosechó ayer un “primer no”. El líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, le trasladó su negativa a apoyarlo como presidente de un Gobierno en minoría tras las elecciones generales del domingo en España.
Ambos líderes políticos se reunieron en el palacio presidencial de La Moncloa, en Madrid. El gesto frío con el que se saludaron y el semblante serio de Sánchez hacían presagiar un encuentro corto y sin margen para la negociación, como sucedió.
“No vamos a apoyar la continuidad de Rajoy ni del Partido Popular (PP) al frente del Gobierno (...) El PSOE va a explorar todas las opciones para que haya un Gobierno de cambio”, dijo Sánchez en rueda de prensa al término de la reunión.
El socialista rechaza un Ejecutivo encabezado por Rajoy, pero le permitirá intentar formar Gobierno por ser el PP la lista más votada. Si lo consigue, el PSOE seguirá liderando la oposición. Si no es así, Sánchez tratará de armar un Ejecutivo progresista que evite repetir elecciones. “Votar en contra de Rajoy es cumplir con el mandato de los españoles, que han pedido un cambio progresista presidido por el diálogo. Decir ‘no’ a Rajoy es decir ‘sí’ al cambio”, subrayó.
Rajoy quedó lejos de la mayoría absoluta en los comicios, de los que salió el Parlamento más fragmentado en 40 años de democracia en España. Los resultados electorales dejaron al país al borde de la ingobernabilidad y a Rajoy ante un complicado reto. Su partido, el PP, obtuvo 123 de los 350 escaños que tiene el Congreso de los Diputados, seguido por el PSOE, con 90, y por los emergentes Podemos (69) y Ciudadanos (40).
En la misma noche electoral anunció que trataría de formar un Ejecutivo “estable” y, un día después, apeló a los principios constitucionales para buscar un pacto de gobernabilidad, aludiendo al PSOE y a Ciudadanos.
Para poder gobernar en minoría, el jefe del Ejecutivo en funciones necesita la abstención de ambas formaciones en la votación de su investidura. El partido encabezado por Albert Rivera aceptó desde el primer momento, pero la negativa de Sánchez complica las cosas.
El líder socialista, sin embargo, tampoco lo tiene fácil para formar un Gobierno alternativo. Una de las opciones es un pacto con Podemos y con otros partidos nacionalistas. Pero el líder de la formación de izquierdas, Pablo Iglesias, desconfía de Sánchez y sugirió elegir “una figura independiente” al frente de un hipotético Ejecutivo.
“Si no le dejan intentar ser Presidente (...) tal vez sea el momento de q ue una figura independiente de prestigio asuma para dar los pasos necesarios e intentar que en España deje de gobernar el Partido Popular y pongamos fin al tiempo de la corrupción y la desigualdad”, dijo en un artículo publicado en el diario digital “Huffington Post”. (DPA)