El nacimiento del Mundial de Clubes, que hoy encuentra en su final número 12 a Barcelona y a River, data del año 2000, en lo que fue un intento por darle mayor proyección a lo que era la reconocida Copa Intercontinental, que jugaban el campeón de América con el de Europa.

Recién en 2005 tomó la fuerza correspondiente y desplazó a la Copa Intercontinental, para convertirse en un torneo eliminatorio en el que participan los campeones de América, Europa, de la Concacaf y de las confederaciones de Asia, África, y Oceanía, además del campeón del país organizador (Japón), que se sumó a partir de 2007.

Podría decirse que la final del Mundial de Clubes sigue reservada para los sudamericanos y europeos. En apenas dos definiciones, las de 2010 y 2013, no hubo presencia latina. En 2010, Inter de Italia venció a Tout Puissant Mazembe, de Congo, y en 2013 Bayern Munich hizo lo propio con Raja Casa Blanca, de Marruecos.

El fútbol argentino, con River de abanderado en esta ocasión, está ante su cuarta chance de levantar la Copa de campeón. En sus intentos anteriores, con Boca, en 2007, Estudiantes en 2009, y San Lorenzo, el año pasado, no hubo suerte. Milan, Barcelona y Real Madrid, respectivamente, se consagraron.

Hoy “Barca” intentará mantener su hegemonía en una competencia que ya ganó dos veces. Busca ser el único con tres trofeos. ¿Podrá el “millonario” hacer historia en Japón?