La SAT abrió una suerte de zanja en plena calle

Arreglaron las cañerías. Para hacerlo rompieron la calle. Eso ocurrió hace seis meses y desde entonces, el hueco sigue así, como se puede apreciar en la imagen enviada por un lector que quiere hacer público su reclamo ante la Sociedad Aguas del Tucumán. Esta es la apariencia que muestra la calle Muñecas al 2.200, entre Delfín Gallo y pasaje Primer Centenario. “Rellenaron el hueco con tierra únicamente, pero esta se va lavando con las sucesivas lluvias”. Esa especie de canal que se ha formado en medio de la calzada se ha convertido en una trampa para quienes circulan por allí. “Cualquier día va a ocurrir un accidente”, advirtió el lector. Y no sólo es un problema para los conductor de vehículos, también los peatones pueden tropezar y caer.

La basura se esparce por las veredas

“Los recolectores de basura pasan cuando quieren y levantan lo que quieren”, dice enojado un vecino del barrio Señaleros, que envió un mensaje para denunciar la situación: bolsas llenas de basura desparramadas en las veredas. Son las que el recolector, que no tiene días fijos para circular por el barrio, no levantó. Los desperdicios se esparcen por la calle y los perros que deambulan por la zona se hacen una fiesta con los desechos de los vecinos. “Le pedimos al nuevo intendente que se diferencia de su antecesor y resuelva este problema que nos aqueja”, enfatizó el lector.

Convivir con desperdicios

El problema denunciado por el vecino del barrio Señaleros parece repetirse en otros complejos habitacionales. Es el caso del barrio San Nicolás. Un morador de la zona contó que a la altura de la calle Jujuy al 2.300 el basurero pasa, pero no recoge todas las bolsas. “Levanta algunas y deja otras, y las deja como estaban, sobre la vereda. Después vienen los animales y, como buscan comida, las rompen. Quedan todos los desperdicios en la esquina. Y eso, ¿quién lo barre y lo vuelve a poner en una bolsa?”, se quejó un vecino del lugar. “Por favor, que las autoridades tomen las medidas correspondientes. No podemos convivir con la basura”, clamó.

Imprudencia en la calle

Se puede entender la necesidad económica, pero el dinero no es pretexto para poner en riesgo la vida propia y ajena, comentó un lector, en alusión a una situación de la que fue testigo. Dijo que vio -según cuenta en su mensaje- que dos jóvenes (sin casco) cargaban en una moto una gran mesa. “Son vehículos económicos, pero las motos no están pensadas para hacer fletes”, advirtió.