Una medida inusual como el levantamiento del cepo cambiario genera, en una primera etapa, incertidumbre y desconcierto en los agentes económicos que toman decisiones, como amas de casa, empresarios o asalariados. De esta manera, el economista Eduardo Robinson analiza el efecto que provoca en la sociedad una modificación de las variables de la economía, y hace especial énfasis en que la primera reacción de los factores económicos es la preservación de su patrimonio, y dudas sobre la evolución que tendrán los costos que deben afrontar, y los precios a que deben vender.

"La gente piensa siempre en términos de catástrofe. Ocurrió cuando se estableció el cepo, y también ahora, en la apertura, porque siempre se desconoce el alcance que tendrán medidas de este tipo", sostuvo Robinson ante LA GACETA.

El economista destaca que Tucumán se caracteriza por poseer una economía en la que prevalece el alto consumo. "En alguna medida, en las últimas semanas se fueron acomodando variables y expectativas, porque estaba previsto que ganara quien ganara en las elecciones presidenciales se produciría una apertura de este tipo, de sinceramiento del mercado cambiario. No estamos frente a una devaluación, sino de un sinceramiento del tipo de cambio, porque un dólar oficial de $ 9,80 le implica una pérdida diaria al Banco Central de entre U$S 180 y U$S 200 millones", remarca.

En el camino al sinceramiento de la economía, Robinson sostiene que habrá que evaluar el impacto que tendrán las recientes subas de precios, de hasta el 30% en algunos, casos, en el pico de consumo en Tucumán, que se produce justamente en diciembre, previo a las Fiestas.

"Un factor añadido es que no fue un buen año para el sector azucarero, y eso redunda en insuficiencia en el consumo, lo cual queda demostrado en los reclamos sindicales actuales en busca de una ayuda económica adicional para terminar el año. En un contexto así, si hay fuertes subas de precios se corre el peligro de que caigan las ventas, aún cuando estemos en un período de alto consumo", apuntó. 

Robinson opinó que en enero es problable que se produzca una retracción de la demanda, que podría derivar en un escenario de rebajas y descuentos. "Sería bueno que estos días la gente no realice gastos desmedidos; puede que haya consumos que convenga postergarlos a la espera de que se reacomoden las variables. Hoy estamos ante una economía de ventas flojas, con sueldos y aguinaldos que no alcanzan porque el poder adquisitivo está dañado", concluyó el experto.