Jacinto Gómez llegó hasta el lugar del accidente en moto. Lo empujaba la curiosidad. Pero su veredicto fue contundente. "En esta ruta los accidentes son habituales. Por ejemplo, el empalme de la 34 con la 9 está mal señalizado. Hasta que no arreglen el camino seguirán las tragedias", afirmó este vecino de Rosario de la Frontera.
Las sirenas de las ambulancias despertaron esta madrugada a muchos vecinos de esta ciudad salteña. Uno de ellos fue Aldo Díaz, el dueño de una finca que se encuentra cerca de donde se produjo el accidente. Este hombre de 35 años se trasladó hasta el lugar del accidente en su camioneta, vio cuál era el panorama y regresó a su casa. Busco varias bolsas de hielo que le habían sobrado de un evento que había organizado el sábado y volvió a la ruta 34; les entregó el hielo a los rescatistas que trabajaban bajo el sol. "Nunca en mi vida vi algo tan grave", aseguró.
Los sacerdotes Pablo Cestonaro y Héctor Yurkina, de las parroquias Nuestra Señora del Milagro y Nuestra Señora del Rosario, respectivamente, se despertaron con el sonido de las sirenas y se trasladaron al hospital, donde vieron llegar a los primeros heridos. "Estoy muy impresionado con esta situación. Generó un impacto tremendo no sólo en Salta sino en todo el país", manifestó el padre Cestonaro. Ambos sacerdotes se encuentra en este momento en el lugar del hecho brindándoles apoyo espiritual a los gendarmes y a los rescatistas.