Cuando escuchó el fallo, Gonzalo Callejas suspiró hondo y se relajó. Acababa de escuchar que el tribunal, en fallo dividido, lo había condenado a cuatro años y un mes de prisión y a no conducir cualquier tipo de vehículo durante 10 años, al encontrarlo culpable de homicidio culposo por haber atropellado y matado a Raúl Marcelo Pucheta el 10 de julio de 2010. Su rostro volvió a transformarse cuando Javier Lobo Aragón, su defensor, le explicó que no habían aceptado su planteo y que deberá seguir detenido.

En los asientos de la sala, los familiares de la víctima no dejaban de llorar. Esperaban un castigo ejemplar. “Con este mensaje, el tribunal emitió un claro mensaje a la sociedad: en Tucumán se puede matar porque no pasa nada”, dijo Eugenia Pucheta, hermana de la víctima.

Los jueces se tomaron más de tres horas en emitir el fallo. María Elisa Molina y Pedro Roldán Vázquez decidieron condenar a Callejas por homicidio culposo y no por homicidio con dolo eventual. Eduardo Romero Lascano, el otro camarista, no estuvo de acuerdo con sus pares. El 29 de diciembre darán a conocer los fundamentos del fallo.

Los camaristas, finalmente, le dieron la razón al defensor del imputado que había solicitado que sea absuelto o, en su defecto, lo condenen por homicidio culposo. Juana Prieto de Sólimo, fiscal de cámara, pidió que recibiera una pena de 9 años por homicidio con dolo eventual. Miguel Rocchio, representante de la querella, coincidió con su par, aunque pidió un castigo de 12 años.

Diferencia

Callejas hizo uso de la palabra antes de que los jueces se retiraran a discutir el fallo. “No soy un asesino como me presentaron los medios de comunicación. Simplemente protagonicé un accidente y no tuve ninguna intención de matar al señor Pucheta. Me lamentaré toda mi vida no haberme detenido. No lo hice porque estaba en un profundo shock. Lo siento por toda su familia”, aseguró.

Mirando fijamente al tribunal, agregó: “Fue un accidente. No pasé el semáforo en rojo, sino en amarillo. Tampoco circulaba a toda velocidad como muchos dijeron en el debate. Si hubiera sido así, jamás hubiera podido esquivar el auto que se me cruzó”.

“Estos tres meses me destruyeron la vida. Durante todo ese tiempo estuve sin poder ver a mis hijos y no pude trabajar. Si es que recibo una condena leve me comprometo ante este tribunal a acatar todo tipo de medida con tal de no volver a estar encerrado en un calabozo. Fueron un calvario”, concluyó.

Al finalizar la audiencia se retiró en silencio. Sólo su abogado adelantó los pasos a seguir. “Vamos a realizar los planteos que sean necesarios para que se dicte el cese de prisión preventiva que está interpuesto hace tres meses”, afirmó Lobo Aragón. Para el profesional, que no haya sido trasladado al penal de Villa Urquiza es una buena señal.

Los familiares de la víctima quedaron muy golpeados después de haber escuchado la sentencia. “No entendemos por qué no se atrevieron a sostener la calificación de homicidio con dolo eventual. Los testimonios fueron claros: pasó un semáforo en rojo y circulaba a alta velocidad. No es algo normal que no se tenga en cuenta estas violaciones a las normas”, explicó Clara Pucheta, otra hermana de la víctima.

Los Pucheta decidieron por el momento no definir qué harán en el futuro. “Sólo queremos superar este momento doloroso. Él nunca pidió perdón por lo que hizo; sólo dijo ‘lo siento’. Eso también fue muy doloroso”, dijeron sus hermanas.

LOS ALEGATOS

"Conocía el riesgo"

La representante del Ministerio Público Fiscal, Juana Prieto de Sólimo, había acusado a Gonzalo Callejas de ser responsable del delito de homicidio simple contra Raúl Pucheta, por lo que había pedido nueve años de prisión efectiva para el acusado y la inhabilitación del permiso de conducir automóviles. Además, había encuadrado el caso en un homicidio con dolo eventual para ratificar el tiempo de castigo pedido. “Dos son las cuestiones a analizar: la velocidad y el cruce del semáforo en rojo. Estos son los elementos que hacen al dolo eventual. Porque tenía conocimiento de la posibilidad de que ocurra, pero no renunció a ese accionar y mantuvo la excesiva velocidad, cruzando el semáforo en rojo. No tuvo una conducta efectiva, real y seria de evitar el resultado”, dijo la funcionaria. “Aquí, no hubo una renuncia seria para evitar el resultado del acto”, enfatizó. “No sólo huyó del lugar y evitó someterse al proceso (judicial) en una conducta posterior, sino que antes de atropellar a Pucheta tuvo la conducta de no renunciar. Conocía el riesgo; asumió el riesgo”, aseguró.

"Cruzó el semáforo en rojo"

“(Gonzalo) Callejas tuvo pleno dominio del hecho. Como consecuencia de su accionar, del que fue totalmente consciente, ya que transitó a esa velocidad y por una arteria transitada y que él conocía porque en más de una oportunidad circuló por ese camino, podría producirse ese resultado fatal, había enfatizado el patrocinador de la querella, Miguel Rocchio. “Sin embargo, no desistió de su plan. Siguió adelante; siguió esquivando autos; siguió acelerando hasta producir el resultado fatal”, había añadido en la audiencia final. Según el abogado, estaba probado el dolo eventual debido a que Callejas tenía conocimiento de su acción y de la posibilidad de lesionar a un transeúnte durante su recorrido a alta velocidad. El letrado había hecho hincapié que en el proceso se habló de que la camioneta circuló a 150 kilómetros por hora, según los testimonios registrados en el proceso judicial. “No se puede atribuir la intención de salir a matar, pero sí quedó comprobado en más de una oportunidad (por los testigos) que el señor Callejas deliberadamente cruzó el semáforo en rojo”, expresó.

"Alegatos desajustados"

El abogado defensor, Javier Lobo Aragón, había calificado de desajustados los alegatos del Ministerio Público Fiscal y de la querella, respecto de la calificación y la pena por el hecho. “Esta defensa pudo advertir la gran contrariedad de todo lo que se dijo. Tanto la defensa como querella dan como válido un solo testimonio, el de la señorita (María Fernanda) Rodríguez (quien declaró en el juicio y que, según se estableció en la instrucción de la causa, circulaba en el auto que Callejas esquivó en el cruce de las avenidas), que cierra para sus alegatos”, argumentó. Lobo Aragón había fundamentado que Rodríguez cruzó en semáforo no permitido y que su acción derivó en el siniestro. “Mi cliente, para evitar colisionar con el vehículo en el que circulaba la señorita Rodríguez, lo pudo esquivar. Lo hizo porque no iba a 150 km/h, y lamentablemente impactó contra la bicicleta de Marcelo Pucheta, quien lamentablemente perdió su vida”, comentó Lobo Aragón, quien había hecho hincapié en versiones de la testigo Rodríguez. El letrado había afirmado que la velocidad no fue confirmada en la serie de testimonios.