No se decide. “Bauti” está dubitativo porque el tobogán está roto, pero igual quiere lanzarse por ese enorme tubo amarillo que desde hace meses tiene un agujero grande al final de la pendiente, unas rajaduras en diferentes sectores, y le faltan tornillos y unos juegos didácticos en forma de cilindro. De las tres hamacas que estaban inicialmente, sólo queda una y hay cola para balancearse en ella. Al pequeño de 3 años no le queda otra que su mamá, Cristina Chimale, lo siente en el subibaja que está sano (uno tiene el asiento quebrado), o correr alrededor de los juegos. Pero eso tampoco es buena idea: el piso antigolpes está gastado y hay un hierro parado y oxidado, donde antes había una calesita para discapacitados. Es feriado, salió fuerte el sol, y por ello aprovecharon la mañana para ir a jugar a la plaza Urquiza, que tiene la mayoría de los juegos destrozados y algunos que ya ni existen.
El 7 de abril de 2011 fue reinaugurado ese espacio verde de Barrio Norte por Domingo Amaya, intendente de ese momento, y por el ex gobernador José Alperovich. Fue la primera plaza que estrenó juegos con menos hierro y más plástico de lo que estábamos acostumbrados. Luego siguieron otros espacios verdes. Algunos de ellos tienen menos de un año de inaugurados, y el vandalismo y el desgaste les han cobrado caro. Sí, muy caro, porque desde el municipio advierten que el “combo de juegos” de esos espacios, que incluyen hamacas, calesitas, toboganes, pasamanos y hamacas para discapacitados, entre otros, cuesta unos $250.000.
“La gente no cuida nada y falta mantenimiento”. Chimale da sus razones por las roturas que están a simple vista. Eugenia Aramayo, que pasea con José, su hijo de 10 años, agrega que si se mira los alrededores de la plaza, como la fachada del Colegio Nacional, que está sobre Muñecas, y el resto del mobiliario de la plaza, notarán que es una zona de asiduo vandalismo. “El domingo pasado había un hombre tomando vino al lado de las familias que venían a pasar la tarde al aire libre. Un policía estaba a su lado, sin inmutarse. Falta control y normas que regulen el uso de las plazas”, opina la mamá y vecina de la zona.
En la plaza de la Fundación (en el parque Avellaneda) la basura abunda y se rebasa de los cestos de plástico gris, la calesita principal no gira bien y está roto un caballito para los niños más chicos. Daniela Orrillo asegura que a pesar del estado actual de los juegos, las familias se han apropiado del lugar y lo defienden a “capa y espada” de los vándalos de costumbres nocturnas y la falta de barrenderos. “La mantenemos como podemos”, agrega la mamá de Octavio, de 1 año. Mientras que en la plaza Belgrano, hay una hamaca para discapacitados que ha desaparecido, un cesto de basura roto, pero el resto está bien cuidado. Naira Medina, que pasea su perro por ese espacio verde, destaca el “fundamental” rol de los padres y resalta la falta de control por las noches. La plaza Los Decididos de Tucumán, frente al Hospital del Niño Jesús, también corre con la misma suerte: tiene paneles y juegos didácticos rotos.
Tres puntas
“Hay una inversión importante hecha en los espacios públicos porque es la política del anterior intendente y de la actual gestión. Pero vemos una actitud desaprensiva de la gente: se multiplican las roturas sistemáticamente todos los días y en juegos que no tienen ni un año. Y no entienden que arreglarlos tiene un costo muy alto”, opinó sobre el estado de los juegos Carlos Arnedo , secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, área que está a cargo de 307 plazas y 5 parques. De hecho, resaltó que cada “combo” de juegos cuesta alrededor de $250.000 (en su mayoría son traídos de Rosario), aunque destacó que muchas reparaciones se hacen con material y personal de la Dirección de Espacios Verdes, como las cadenas de las hamacas.
Sobre el vandalismo, Arnedo indicó que lo combatirán con tres proyectos próximos a crearse: la policía municipal, los placeros y la agencia ecológica. “La agencia ecológica particularmente tratará de evitar la formación de basurales. Pero las tres figuras trabajarán en conjunto para cuidar los espacios públicos en general. Serán sus celosos custodios y harán efectivas ordenanzas que prohíben diferentes actividades relacionadas con el mal uso de esos lugares que son de todos ”, explicó el funcionario municipal. Por otra parte, Arnedo dijo que comenzarán a reemplazar los juegos rotos a partir de enero “cuando la situación económica, de público conocimiento, que tiene el municipio, que se vio afectada por una decisión política de Casa de Gobierno, mejore. A esos trabajos los acompañaremos con una campaña de concientización sobre cómo debemos comportarnos en los espacios públicos”.
Sobre los lugares de todos