BUENOS AIRES.- La presidenta Cristina Fernández prometió “aportar gobernabilidad”, al advertir que a la nueva administración de distinto signo político no le complicarán la gestión. “No le haremos todo lo que nos hicieron a nosotros”, dijo. Y si bien instó a la unidad de los argentinos, llamó a sus seguidores a “empuñar las banderas” si no son acompañados por los dirigentes.

A cuatro días de dejar el poder en manos del presidente electo, Mauricio Macri, Fernández pidió a su espacio “no entrar en cuestiones internas” pero, a la vez, lanzó un filoso mensaje hacia adentro: “Traidores y traiciones hubo siempre. Son necesarios. Si no hay traidores, no hay leales. Si no hay traidores, ¿cómo distinguís a los leales?”, comparó la presidenta saliente.

La mandataria encabezó ayer al mediodía un acto en la localidad bonaerense de Don Bosco, Quilmes, donde inauguró la primera etapa de electrificación de la línea del Ferrocarril General Roca, ramal Constitución-La Plata, junto al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

A la convocatoria también asistieron el ex candidato a vicepresidente y secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación, Julio de Vido,; el ex candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli; la gobernadora electa de Santa Cruz, Alicia Kirchner, y los intendentes de Quilmes y Berazategui, entre otros funcionarios.

La jefa de Estado llegó alrededor de las 12 a la estación Quilmes para viajar en el tren hasta la estación Don Bosco, donde se llevó a cabo el acto central, con presencia militante. Como es habitual, mantuvo videoconferencias en esta ocasión con los distritos bonaerenses de Bahía Blanca, Ezeiza y City Bell.

Cristina aprovechó la ocasión para resumir las gestiones kirchneristas: “No fueron 12 años fáciles, nos la hicieron bastante difícil pero lo difícil tiene un gusto diferente. Haber superado las adversidades, los obstáculos y palos en las ruedas y haberlo hecho con amor sin resentimiento y para todos los argentinos”.

Haciendo referencia a las obras ferroviarias del Roca, Cristina recordó que ese tramo y la estación, le traían recuerdos de cuando vivía con Néstor Kirchner en La Plata.

“Siempre viajaba en el viejo Roca, y ahora lo vamos a hacer en el nuevo Roca”, sostuvo en alusión a la electrificación completa del ramal hasta La Plata prevista para marzo próximo.

Durante la videoconferencia Cristina mantuvo diálogo con el titular de Infraestructura Ferroviaria, Ariel Franetovich, que se encontraba con el intendente saliente de La Plata, Pablo Bruera; y con el electo, Julio Garro (Cambiemos), quien asumirá el jueves próximo, y a quien la mandataria le pidió que “continúe con todas las inversiones para que la ciudad y los argentinos tengan más y mejor nivel de vida”.

En su discurso Cristina habló de la gobernabilidad en el período de gestión que iniciará Macri.

“Tenemos la inmensa responsabilidad de aportar gobernabilidad al país. Somos una fuerza política que no le vamos a hacer a un gobierno, aunque no sea de nuestro signo político, lo mismo que nos hicieron a nosotros”, aseveró la mandamás del kirchnerismo.

Más adelante, resaltó: “la gobernabilidad no es que cuatro dirigentes se pongan de acuerdo (sino); es volver a bajar todos los compañeros al territorio, a los barrios, a las fábricas”.

En un clima tenso en el PJ por los reacomodamientos tras la derrota electoral, la Presidenta pidió: “no nos distraigamos en cuestiones internas, ni ‘zutanito’, ni ‘menganito’ ni ‘perenganito’. Perón siempre decía que no hubiera existido el cristianismo sin Judas. El problema no es Judas, el problema es la fe y las convicciones”. “No nos detengamos en lo pequeño, en lo chiquito, en los que no entienden. Al contrario, tratemos de convencerlos y, si no, que sigan hablando”, arengó.

Después de ocho años al frente del Ejecutivo nacional, tras 12 años de kirchnerismo y a punto de dejar el poder, Fernández lideró un encuentro antes del acto convocado para el miércoles 9 en la Casa Rosada, donde tiene previsto inaugurar un busto de su fallecido marido, el ex presidente Néstor Kirchner. En su enérgico discurso, la jefa de Estado hizo una exhortación: “Es importante que nos unamos entre los argentinos y entre los compatriotas, porque una de las cuestiones fundamentales de nuestra historia ha sido dividirnos y enfrentarnos con falsos dilemas y antinomias”, sentenció.

“Por ahí no todos tienen la inteligencia ni la claridad de que son falsas las antinomias, que son cuestiones formales y que no hacen al fondo, y cuando se dan cuenta ya es demasiado tarde”, expresó. Tras aclarar que cuando habla de unidad no habla de unidad de los dirigentes, convocó a su militancia a “convencer y persuadir” para sostener los postulados del kirchnerismo, “más allá de los errores y los aciertos”.

Pero si bien instó a la unidad, al mismo tiempo pidió a sus seguidores “empuñar las banderas” si no los “acompañan los dirigentes” a partir del recambio de gobierno del jueves. En tal sentido, dijo que los derechos que han conquistado a lo largo de los 12 años de kirchnerismo “son de cada uno”.

“Si hay que ir solos, iremos solos”, y volvió a conminar a la sociedad a que “empuñen fuerte las banderas y no las suelten nunca más”, indicó Cristina, al finalizar su discurso. (DyN/Télam)