Gritos, pelea y disparos. Muchos disparos. Eso fue lo que escucharon los vecinos de calle La Rioja al 1.200 el miércoles a la noche. Cuando la curiosidad los empujó a asomarse por las ventanas o a salir a las veredas de sus casas, se encontraron con una persona agonizante, ensangrentada y tirada en el piso. No hay una versión oficial de lo que pudo haber pasado, pero todas las hipótesis van por el mismo camino: la víctima de un asalto se defendió y asesinó al supuesto delincuente. Es el tercer caso de que un ciudadano hace justicia por mano propia en menos de 15 días. (Ver notas apartes)
“La gente está muy asustada”, dijo ayer una vecina que, al igual que el resto de la cuadra, no salía de su asombro después de la noche vivida. El temor los inmovilizó de tal manera que algunos se negaron a dar sus testimonios y los pocos que se animaron a hablar pidieron absoluta reserva de sus identidades. “Tenemos miedo, anoche estuvieron rondando hasta más de las 2 de la mañana. Pensamos que son familiares del delincuente muerto, que andaban en muchas motos y dos autos. Alguien les escuchó decir que se iban a vengar”, comentó una jovencita.
El trágico hecho se produjo miércoles a la noche, pasadas las 23. “Estábamos en mi casa con mi marido y empezamos a sentir disparos. Nos tiramos al piso, muertos de miedo”, contó una mujer que vive a pocos metros del lugar donde cayó herido el presunto asaltante. “Primero se escuchó como una pelea y alcanzamos a oír que alguien gritó ‘nunca más lo vas a volver a hacer’. Después comenzaron los tiros y alguien se escapó corriendo”, recordó la vecina.
Al hospital
En la cuadra se habla de entre seis y ocho disparos. Cuando finalizó la balacera y el esposo de esta vecina se animó a abrir la puerta, se encontró con un joven herido en el cordón de la vereda. Asustado, el hombre llamó a la Policía y pidió una ambulancia para el desconocido que se desangraba. “Parecía que se quería levantar, pero no podía. De a poco se fue arrastrando hasta llegar a la vereda de enfrente y ahí quedó”, agregó la mujer.
Minutos después llegaron los policías del Sistema de Emergencias 911. Un grupo de chicos contó que el supuesto ladrón tenía puesto un pantalón de jean y una camiseta del club Atlético. “Parece que le robaron las zapatillas porque estaba descalzo”, comentaron.
Como la ambulancia no llegaba y el joven agonizaba, los policías decidieron cargarlo en un patrullero y lo llevaron al hospital Padilla. Recién ahí pudieron identificarlo. Fuentes policiales informaron que se trata de Franco Suárez. quien tenía 22 años y vivía en Villa Amalia.
El joven recibió cuatro balazos en la pierna derecha y dos en la izquierda. Esas heridas le provocaron la muerte a los pocos minutos de ingresar a la guardia.
Las dos versiones
Eran dos las versiones que se escuchaban ayer en el barrio. Algunos vecinos decían que Suárez circulaba en una moto. En La Rioja al 1.200 detuvieron la marcha. El joven se bajó del rodado con un arma e intentó asaltar a un hombre que iba caminando por la vereda, que ambos se trenzaron en lucha y que la víctima consiguió arrebatarle el arma, con la que después le disparó varias veces, antes de escapar corriendo por calle Florida hacia el oeste.
La segunda hipótesis comienza de la misma manera pero habla de tres víctimas. Otros vecinos contaron que tres jóvenes, que cargaban carpetas como si volvieran de estudiar, caminaban por la vereda cuando paró la moto y bajó el joven a robarles.
De acuerdo con esta versión, uno de los jóvenes también llevaba un arma, con la que se defendió. “Después de que le dispararon, los chicos lo siguieron pateando en el piso”, contaron.
El conductor de la motocicleta, por su parte, también resultó herido. Las fuentes dijeron que tenía un balazo en la pierna izquierda. Tras la balacera, este último habría conducido la moto hasta Villa Amalia para buscar a sus familiares y allegados, quienes se presentaron en el lugar del hecho momentos después. Según dijeron los vecinos, estuvieron hasta la madrugada dando vueltas por la zona en busca del autor de los disparos que acabaron con la vida del supuesto asaltante.
Personal de la división Homicidios se hizo cargo de la investigación por orden del fiscal de Instrucción de la VII° Nominación Arnoldo Suasnábar.
Un mes después
El presunto asalto se produjo a dos cuadras de la casa donde encontraron muerto a un empleado de la Dirección de Catastro hace un mes. Guillermo González, que tenía 60 años, fue encontrado muerto en una vivienda que cuidaba en La Rioja al 1.000. El hombre había recibido puñaladas en distintas partes del cuerpo. En aquel momento se hablaba de un robo o de un posible ajuste de cuentas. Hasta el momento, el móvil de ese crimen es un misterio para la Justicia.