Guillermo Herrera presentó su renuncia al cargo de fiscal de Instrucción N°10 el 11 de septiembre. Ese mismo día, el ex gobernador José Alperovich aceptó la dimisión. “Por esta razón, el Poder Judicial se encuentra imposibilitado de aplicar una sanción disciplinaria, sin perjuicio de las responsabilidades penales y civiles que pudieran corresponder”, dijo la Corte Suprema de Justicia de Tucumán en la Acordada 1.086/15. En el mismo acto en el que dio por concluido el sumario administrativo que había encargado a la fiscala Juana Prieto de Sólimo a fines de mayo, la Corte dispuso la remisión de la investigación interna a Diego López Ávila, el fiscal que instruyó algunas de las denuncias penales que involucran a Herrera.
Los vocales Antonio Gandur (presidente), Claudia Sbdar, René Goane y Daniel Posse expresaron que Prieto había imputado incumplimientos reiterados de sus deberes a Herrera, a quien Alperovich designó fiscal de manera discrecional en 2004 (el vocal Antonio Estofán se excusó por amistad con el ex funcionario). La imputación se funda en las omisiones y anomalías detectadas en el trámite de los casos “Valdez”, “Teves-Albarracín”, “Rigourd”, “Jorrat” y “Pérez” (ver nota aparte). La Corte consignó que Herrera no realizó descargo alguno. Recientemente y en el ámbito de la causa penal ligada a “Jorrat”, la jueza Mirta Lenis de Vera hizo lugar a planteos del ex fiscal denunciado, y anuló un dictamen y desplazó a López Ávila mediante una resolución que fue apelada.