Jorge Neri - DyN

Aún con la tenue mejoría ante Paraguay, el seleccionado argentino de fútbol volvió a dejar en evidencia que se acostumbró a jugar con Lionel Messi y que su ausencia desvanece las bases de su juego y desorienta a quienes deben comulgar para reemplazarlo en el intento de hacer funcionar al equipo.

La creación de juego falla sin el 10 del Barcelona y si bien en Ecuador potenció las debilidades de la defensa, en Asunción las líneas de retaguardia respondieron mucho mejor, tal vez uno de los pocos puntos a destacar de este par de partidos que abrieron la puja por los cuatro lugares en el Mundial de Rusia.

Gerardo Martino, cuidadoso en el trato público hacia sus futbolistas, atribuyó a las lesiones parte de las carencias.

Evidentemente, los futbolistas estrella del ataque fallaron. Apenas se destaca el gesto de Carlos Tevez de buscar la génesis de juego que a la vista no lograron encontrar Javier Pastore, el gestor natural que el entrenador decidió tener ante la ausencia de Messi, ni Ángel Di María, en una posición similar a la de su conciudadano rosarino.

Di María, ese enorme jugador, suele costarle acomodarse al juego corto que naturalmente se asocia a Messi, Tevez o Agüero. Le pasó bajo la conducción de Diego Maradona y de Alejandro Sabella y le puede ocurrir con el formato que busca Martino, basado en la circulación de pelota, seguridad de pase, oferta de pase al compañero, eso que se llama posesión. El sistema en el que la pausa es un bien y la velocidad vale para el juego y no tanto para el jugador, salvo en caso de sorpresa.

Brasil y Colombia son dos rivales de fuste en esta Eliminatoria que están en el horizonte de Argentina. Difícilmente Messi esté para esos pleitos aunque hayan aflorado expectativas, tal vez abonadas por el apuro que dejaron las frescas frustraciones.

Martino deberá buscar la forma para que pueda tener de sus jugadores una respuesta afín a la línea que él pretende.

Tendrá que pasar estos dos partidos sin perder más puntos para no quedar relegado y urgido de cara a una clasificación.

En 2016 Messi estará de vuelta, el nutriente necesario para terminar con la anemia futbolística que evidenció la selección en estos dos partidos.