En los dos últimos años, en el hospital Obarrio aumentaron de 30 a 50 los chicos que se atienden por mes a causa del consumo de droga (pasta base, marihuana y pastillas). Además, bajó de 18 a 14 la edad promedio de los jóvenes que llegan a esa institución. Por eso el hospital está en plena refacción para la creación del nuevo servicio para el adicto, que funcionará como centro de referencia de la provincia, y quizás del NOA.
“La construcción está por terminar. Ahí vamos a concentrar toda la atención de la problemática (desintoxicación y atención integral) y se ampliarán las prestaciones médicas”, explicó el subdirector Iván Mariani.
El médico fue consultado por LA GACETA tras la muerte de Horacio Zamorano, un joven de 18 años adicto al “paco” que se quitó la vida el domingo en “El Sifón”. Mariani explicó que el nuevo centro realizará el mismo trabajo que hoy se hace en el hospital, pero de manera más amplia y en las nuevas instalaciones equipadas con tecnología de punta. El servicio de la sala 5 del Obarrio será reabsorbido por el nuevo centro.
El proceso de desintoxicación será, como hasta ahora, de entre dos y 14 días. Mientras dure la internación, el paciente será atendido por un equipo de psicólogos, trabajadores sociales, profesores de Educación Física, nutricionistas y otros, que realizarán un abordaje integral. Las instalaciones serán grandes y confortables, con aire acondicionado y estacionamiento, adelantó el subdirector. El predio tendrá un perímetro tapiado con 600 metros cuadrados cubiertos y 180 metros cuadrados semicubiertos. Esto permitirá controlar mejor al paciente.
El centro, siempre según el doctor Mariani, tendrá 32 camas: 12 serán para tratamientos de desintoxicación inicial con una duración de 48 a 72 horas. Otras 20 camas estarán destinadas a pacientes que requieran una desintoxicación más prolongada. Antes de salir del hospital, el equipo de profesionales acordará las entrevistas de admisión del paciente a otros servicios donde continuará con su tratamiento. Puede ser en el servicio del Hospital Avellaneda o del Carmen, pero también al centro Las Moritas. También se hará un abordaje con la familia.
Cambió el panorama
Según Mariani, el panorama sombrío que reinaba en 2012, cuando LA GACETA denunció que los pacientes que se desintoxicaban seguían consumiendo aún dentro del hospital, ha cambiado totalmente. Y con el nuevo centro será más difícil aún tener acceso a la droga.
“La accesibilidad a las sustancias tenía que ver con tan sólo cruzar la calle para comprarlas o para que se las acercaba algún comedido. Pero en el nuevo servicio, el hecho de que esté dentro de un perímetro aislado, aunque no con candado, pero sí con cierto margen de vigilancia y resguardo, creemos que ayudará a que este tema mejore muchísimo”, afirmó.
Para Mariani el panorama ha cambiado bastante, “aunque uno siempre tiene la sensación de que va por detrás. El predio es muy grande, uno tiene cierto control en el acceso y en los pasillos, pero hay gente que pasa por las rejas, cruzan por cualquier parte y la vigilancia es difícil”, reconoció.
De todos modos aclaró que cuando se habla de hospital a puertas abiertas (el Obarrio lo fue siempre) significa que no puede retenerse a alguien en contra de su voluntad, pero hay excepciones cuando las personas no están en condiciones de decidir.
“En el caso de los chicos adictos, uno no los deja ir si están en abstinencia. Pero si después de pasado el momento deciden irse y seguir el tratamiento en su casa no los podemos retener”, explicó.