El viaje que el papa Francisco inició el a Cuba y Estados Unidos parece haber unido ya a ambos países antes de empezar. A horas de que el pontífice aterrice en la isla, Barack Obama y Raúl Castro hablaron por teléfono después de que Washington anunciara nuevas medidas que flexibilizan el embargo y ayudan a normalizar las relaciones. Mientras en La Habana recibe la tercera visita de un papa en 17 años, los dos gobiernos decidieron avanzar un poco más en un proceso de deshielo que tiene a Francisco como principal valedor. “Los dos presidentes elogiaron el papel que jugó el papa Francisco en promover relaciones entre nuestros dos países”, señaló la Casa Blanca sobre la charla telefónica mantenida por Castro y Obama, el primer contacto directo conocido desde su histórico encuentro cara a cara en la Cumbre de las Américas en Panamá en abril, la primera reunión entre dos jefes de Estado de ambos países en cinco décadas.

Ambos dirigentes reconocieron la “contribución” del pontífice “al inicio de una nueva etapa en las relaciones”, confirmó la cancillería cubana. Los antiguos enemigos ideológicos reanudaron el 20 de julio las relaciones diplomáticas rotas hace más de medio siglo. Francisco, que ya está en Cuba y el martes se desplazará a Estados Unidos en un viaje tan pastoral como político, es considerado un mediador clave en las negociaciones secretas que condujeron al acercamiento anunciado en diciembre de 2014.

Obama y Castro habían hablado por teléfono por primera vez justo un día antes de hacer el anuncio del deshielo bilateral en diciembre de 2014. Ambos dialogaron sobre la agenda de diálogo pactada por ambas partes para los próximos meses como parte del proceso para “normalizar” relaciones, así como sobre los preparativos para la visita de Castro a Nueva York a partir de la próxima semana. El líder cubano pronunciará por primera vez un discurso ante la Asamblea General de la ONU.

Obama y Castro también comentaron la reciente visita de médicos cubanos a un barco de la Armada estadounidense en la costa de Haití: se trató de un caso de cooperación inédita entre ambos países, enemistados durante décadas. La charla estuvo precedida por un nuevo gesto de Obama para flexibilizar el embargo económico y comercial que Estados Unidos impone al país caribeño desde los años 60.

Las nuevas medidas entran el vigor mañana y relajan las restricciones para viajes y comercio de Estados Unidos con Cuba. Obama había flexibilizado el embargo tras anunciar el acercamiento diplomático con La Habana en diciembre. Estos cambios no supondrán el levantamiento total del embargo, ya que sólo el Congreso de Estados Unidos puede hacerlo, pero tanto Obama como el Papa son partidarios de acabar con el embargo, una petición constante por parte del gobierno cubano. Las medidas están diseñadas para “apoyar al sector privado emergente en Cuba”, dijo la secretaria de Comercio, Penny Pritzker, quien se mostró confiada en que estos cambios permitan impulsar “las retrasadas reformas económicas en todo el país”.