Todos tuvieron la oportunidad de mostrarse y fue difícil para Hourcade armar un equipo sin gente que no se lo merece. Pero más allá de eso, hay que tomarse con serenidad el primer partido. Si bien nadie quiere ir a un Mundial a perder un partido, no es el partido a ganar; sino que es contra Tonga. Hay que tomarlo así: como un partido muy importante para lo que se viene. Si bien Hourcade está planteando un rugby más ofensivo en el que quizás se cometen más errores, en este partido habrá que usar la defensa. Si no hay defensa, por más ataque que haya, no hay manera de ganar. Los All Blacks se destacarán por lo de siempre: la dinámica. Ellos llevan el ritmo de juego y muestran una calidad de juego que está innata en ellos que hace muy difícil seguirlos. Si encuentran alguna debilidad en el partido, la explotan y sacan diferencias. Cuando uno juega contra los All Blacks sabe a lo que se enfrenta, no se bajan los brazos. Al contrario: un Mundial es motivante y mucho más cuando es Nueva Zelanda el rival.