BUENOS AIRES.- Al contrario de lo que las dos pericias previas habían señalado hasta ahora, el tercer barrido electrónico realizado sobre la pistola calibre 22 que mató a Alberto Nisman en su departamento de la torre Le Parc de Puerto Madero, en enero pasado, ahora dio positivo: por primera vez fueron hallados rastros de pólvora en el arma tras haber sido disparada. Como las manos del fiscal no tenían vestigios de explosivo, ahora hay más dudas sobre las circunstancias en que murió.
Según informó el canal de noticias TN, las nuevas pruebas se hicieron en el Centro de Información de Fiscales en Salta, donde se reprodujeron las condiciones en las que supuestamente fue disparada la pistola que mató a Nisman.
A esta tercera pericia la realizaron con un maniquí al que le cubrieron la mano con piel de cerdo (para simular la piel humana y comprobar si en ella se adherían rastros del disparo), luego le pusieron la pistola y la dispararon.
De esa piel de cerdo se tomaron tres muestras: una se analizó de inmediato, otra después de 10 horas y la tercera después de 20 horas del disparo. En todos los casos se hallaron rastros de bario, plomo y antimonio, metales presentes en el residuo de un balazo. Es decir que, sin importar el tiempo transcurrido, la pistola de Diego Lagomarsino -el asesor informático- despide rastros que deberían estar presentes en la mano que la dispara. Pero en la autopsia de Nisman no habían encontrado nada entre sus dedos, la palma de la mano o el antebrazo. Esto significa que el fiscal no habría disparado esa pistola, o que si lo hizo después alguien le limpió la mano y el arma; o también, que en los estudios previos de la Policía Federal tomaron mal la muestra y eso hizo que el barrido que se realizó en La Plata y el estudio siguiente en Salta diera negativo. (clarin.com)