Recuerda que la información sobre “una patota de encapuchados” que arrasó y quemó urnas en el pueblo le llegó pasada la medianoche del domingo. Que minutos después se acercó a las afueras de la escuela “Lizondo Borda”, una de las dos que funcionó como centro de votación en Los Ralos, a buscar información. Que había sido derivado allí por un agente de la comisaría que le afirmó que todo estaba tranquilo. Que no pudo hablar con el policía a cargo y que en la puerta del establecimiento había algunos vecinos aplaudiendo y decenas de curiosos. Y que en un segundo, se desató el caos.
José Kobak (Partido Obrero-PO), candidato a comisionado comunal del Frente de Izquierda, relató así a LA GACETA cómo fueron los momentos que derivaron en su detención. Permaneció más de dos horas “desaparecido”-afirmó que sus amigos y familiares no pudieron ubicarlo- y ocho días privado de su libertad en la Brigada Este, lo que motivó marchas y una protesta con carpa en la plaza Independencia.
La detención lo dejó con golpes, con ojeras y un fuerte resfrío, por las condiciones de detención: “en una celda chica estábamos con 15 o 20 presos comunes. En una situación muy difícil estuvimos”. Junto a él fueron apresados otros dos miembros del PO (los primos Santiago y Alejandro Navarro) y un fiscal de un acople del oficialista Frente para la Victoria (Marcio Vera).
“En un momento salió una Trafic (del predio de la escuela) que atropelló gente y por detrás sale Gendarmería o la Policía con palos y balas de goma. A una compañera le quebraron un brazo y a otra, un dedo de la mano. Ahí me capturaron. Después supe que fue personal de civil y que me metieron a un auto sin patente. No tengo mucho registro porque me golpearon mucho y me encapucharon con mi propia campera. Hubo mucho maltrato”, detalló el dirigente.
Subrayó que los policías estaban muy pendientes de que tanto él como los Navarro eran militantes de izquierda y que abundaron los insultos antecedidos de la palabra “zurdo”. Kobak consignó que sus compañeros de militancia, oriundos de Los Ralos, habían llegado hasta la escuela porque la esposa de uno de ellos había participado como fiscal y que, enterados de los incidentes, fueron a buscarla. “Fueron casi a rescatarla del tumulto. Porque los gendarmes habían cerrado las puertas y el que quedó adentró, quedó”, contó.
Kobak y el resto de los dirigentes permanecieron aprehendidos hasta el lunes al mediodía, cuando se les comunicó que la fiscala María de las Mercedes Carrizo había requerido su detención por “robo (de las urnas) y otros delitos”. “La fiscala pidió que hagamos una especie de probation y hagamos un curso de Educación Cívica. Lo rechazamos porque nadie probó nuestra culpabilidad. A los delitos los cometieron otros. Le pido a la fiscala charlar con ella sobre la instrucción cívica de fiscales y jueces”, manifestó.
“Escandaloso”
Kobak recordó que esta es la tercera oportunidad en la que se postuló para administrar la comuna. Consignó, sin embargo, que esta fue “la vez en la que el tironeo por la voluntad popular fue más escandaloso y aberrante”.
Kobak fue uno de los 27 candidatos a comisionado comunal. Una cifra inédita (en 2011, cuando ya regía el sistema de acoples se habían presentado la mitad). La mayoría de ellos se candidateó por partidos acoplados al oficialismo. Entre ellos, varios policías.
Se sospecha que la quema de las urnas habría estado relacionada con la interna oficialista. La campaña en el pueblo había sido en los últimos meses, tal como opinó el dirigente del PO, más “competitiva” que lo habitual.